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Cumplí con mi compromiso y busque el folleto, lo cual era una misión imposible, ya que mi silla de rueda y el pasillo no se llevaban bien. Choque por lo menos con tresasistentes, cuatro enfermeras, algunas otras cosas por el pasillo, y del elevador ni quiero hablar, pero por lo menos pude conseguir el folleto. Cuando llegué a mi cuarto y la muy amable enfermera del pasillo me ayudó a acostarme en la cama, decidí empezar a leer el folleto. Habían tantas opciones, pero a la misma vez habían muy pocas opciones, casi todas actividades incluían mucho movimiento como;caminatas, tenis, natación, yoga y baile, lo cual todo me gustaría hacer pero, apenas puedo mover los dedillos de los pies. Habían algunas otras opciones como ajedrez y bingo pero eso se lo pasaban jugando los viejos y las viejas. Al cerrar el folleto y voltearlo me llamo la atención la imagen de fondo, cual ilustraba un otoño al estilo de Van Gogh, era como una calle que llegaba al infinito, de tonosazúlenos y negros, mientras a los lados quedaban arboles de tonos rojizos y anaranjados intensos con algunos acentos marrones y al lado de esta obra en letras gruesas de color blanco estaba la información de clases de arte cuales son enseñada por el Mr. Álamo. Esta imagen me capturo, e inspiro mi sueño de esa noche.
Cuando desperté el próximo día, reflexionando mi sueño, sabía que era una señalde Dios. Tenía que aplicar para esas clases de arte! Esa mañana la muy amable enfermera cual todos llamábamos Mery, me llevo el supuesto desayuno del hospital, lo cual era una miseria; revoltillo soso, tostadas que llevaban veinte minutos y un “jugo de manzana” que sabía a azúcar y con todo eso me decía;
-Buen provecho Carmen, espero que te guste.
-Muchas gracias Mery. (Le dije sonriendo, yaque no era culpa de ella que sabía malo.)
Comí alguito y me fui en mi silla transportable al tercer piso para aplicar a las clases de arte. Me atendió una señora media sorda y ciega, parecía más a un paciente que empleada. Espere como una hora hasta que finalmente la señora dijo.
-Ya Carmen, ya te registre para las clasecitas de arte.
Le respondí y pregunté:
-Gracias, me podrías sacar elcalendario de esas clases?
Me dio el calendario en donde indicaba las fechas en que se iban a dar las clases.
Cuando volví a mi curato después de registrarme, Mery me ayudo a cambiar de ropa para las terapias acuáticas y luego me busco la asistenta de mi terapeuta. Al camino hacia las terapias la asistenta me pregunto:
-Sientes algún cambio en los pies?
Le respondí con honestidad diciéndole:-El único cambio que ha habido es que puedo mover los dedillos de los pies un poquito.
Ella respondió con un tono de entusiasmo diciendo:
-Vistes Carmen, hay esperanza. Talvez no te parezca mucho pero esto es mucho más progreso que otros han visto.
Pensando en lo que ella me dijo respondí:
-Tienes toda la razón. Ya es bendición suficiente que sobreviví el accidente.
Finalmente llegamos a lasterapias y tenía que confrontar mi diaria frustración de ser cargada a la piscina. Odiaba ser cargada, me hacía sentir indefensa e inútil, pero tenía que aprovechar de la oportunidad que Dios me brindó. Cuando finalmente estaba en la piscina, con los dos tubos de metal que utilizaba para sostenerme, mientras intentaba mover los pies, mi terapeuta Mr. Arzola, como todos los días me dijo que...
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