Espantos de agosto
Miguel ya los estabaesperando con un buen almuerzo, antes iban a ir a conocer el castillo pero como se retrasaron en su viaje lo postularon para después. Sin embargo Miguel les dijo con su humor caribe que ninguno detantos era el más grande insigne de Arezzo.
-El más grande- sentencio - fue Ludovico el gran señor de las artes y de la guerra. También les hablo de su inmenso poder y de su muerte espantosa. En unmomento de locura del corazón apuñalo a su dama en el lecho donde acababan de amarse y luego azuzó contra sí mismo a sus feroces perros de guerra, y les dijo muy enserio que después de la media noche elespectro de Ludovico deambulaba por la casa.
El castillo era inmenso y sombrío. El relato de Miguel les pareció una simple broma.
Miguel había restaurado la planta baja y se hizo construir undormitorio moderno. La segunda planta era una sucesión de cuartos con muebles que habían sido abandonados. Pero en la última se conservaba una habitación intacta. Era el dormitorio de Ludovico.
En ella seencontraba la cama de cortinas blancas bordadas con hilos de oro, y la sobrecama de prodigios aun acartonado por la sangre seca de la amante sacrificada. Sin embargo lo más impresionante era ese olor afresas recientes que permanecía estancado sin explicación posible.
La familia se quedó a cenar, los niños prendieron unas antorchas y se fueron a explorar los últimos pisos del castillo. Fue a ellosa los que se les ocurrió la mala idea de quedarse a dormir.
Los niños se quedaron en una habitación a parte de sus papás. Mientras trataban de conciliar el sueño Él conto los doce toques del reloj...
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