Espionaje en México

ESPIONAJE DE EU A MÉXICO: MITOS Y REALIDADES.
José Luis Camacho Acevedo.
Cuando Wikileaks desató el escándalo de los comunicados del entonces embajador de México en EU, Carlos Pascual, donde hacía apuntamientos muy críticos al gobierno de Felipe Calderón en relación a que se estaba perdiendo la batalla contra el crimen organizado, yo le comenté a Federico Arreola que Isaac “N”, un ingeniero ensistemas que trabaja para mi empresa había descubierto un algoritmo muy parecido al que utilizaba Barack Obama para recolectar fondos para su campaña utilizando de manera por demás exitosa a las redes sociales.
Y al acercarse al trabajo del candidato a presidente de Estados Unidos, Isaac me dijo que había otras plataformas observando el fenómeno de Obama con las redes sociales. Pero que esasplataformas, dos británicas y una francesa, estaban conectadas a sistemas de espionaje de cuentas de internet, comunicación telefónica inalámbrica y telefonía fija de gente ligada al entonces candidato Obama que buscaba mantener a los demócratas al poder.
Yo le recomendé a Isaac que no se metiera en esos asuntos.
Luego le dije a Federico Arreola que, si era nuestra decisión, podríamos tener unainformación más detallada de las formas, los sentidos (o sea quién y porqué espía a quién) y los personajes o instituciones que conforman el espectro del espionaje en México que la que tenía Wikileaks.
Arreola, que es un matemático muy competente, se quedó pensativo porque sabía perfectamente de qué le estaba hablando.
De inmediato desdramaticé la conversación y le dije. Es nada más para tuconocimiento. Recuerdo que le dije entre risas: Si nos metemos en líos con los chismes de café que a diario nos cuentan o las filtraciones que llegan de todos lados; imagínate los enredos en los que podemos caer si empezamos a tratar de convertirnos en los Assange de Tepito.
Terminamos el tema con una conclusión política: De que Estados Unidos espía a funcionarios mexicanos, a pesar de lo predecible queeran en el calderonismo, lo mismo que periodistas y hombres de empresa, no hay duda. Que no debemos meternos en eso, tampoco hay duda.
Hoy varios analistas en los medios “exigen al presidente Peña Nieto” que salve el honor patrio porque los gringos lo espiaron en su campaña, según divulgó un medio brasileño, que como diría Cervantes en El Quijote, de cuyo no quiero acordarme, que agenciasgubernamentales norteamericanas espiaron a la presidenta Dilma Russef y al entonces candidato presidencial del PRI.
Las informaciones procedentes de Rusia apuntan que el presidente Peña Nieto, primero vía telefónica, trató el asunto al presidente Obama y le dijo, que de resultar cierta la versión del espionaje a su campaña, habría que darle la salida legal que corresponda y delimitar laresponsabilidad jurídica de quienes pudieron haberlo hecho.
Una realidad es que potencias como Estados Unidos están obligadas, por seguridad nacional, a realizar acciones de inteligencia que tienen como punto de partida el espionaje.
Pero un mito es que los norteamericanos estén espiando a todos los mexicanos.
Recuerdo una vez que Carlos Monsiváis, en una cordial comida en el restaurante de radio Unam, nosdijo a mi hermano Cuauhtémoc y a mí una de sus geniales humoradas: Muchachos estoy enojado y al mismo tiempo frustrado. He descubierto que nadie tiene intervenido mi teléfono y apenas han pasado dos años del movimiento del 68. No soy un disidente peligroso. Es una tragedia.
El mito del espionaje en México proviene de la necesidad de algunos de nuestros prohombres de demostrar status diciendo queestán “intervenidos”.
La tienen políticos, artistas, empresarios, futbolistas, médicos, famosas y hasta uno que otro periodista.
Es un mito, o más bien una ingenuidad, pensar que EU hace espionaje para saber lo que dicen en sus conversaciones por celular los ultrapredecibles Carlos Loret de Mola o su tocayo Carlos Marín.
Peña Nieto ya pagó otra cuota de humildad al apechugar la imprudencia de...