Estúpidos e iguales días
Un día más, un día menos. ¿Qué más da? Yo vuelvo a estar aquí sentada en mi habitación, mirando esa apacible pared con aquella engorrosa mancha negra.
Me dio por mirar a la ventana, vi cómo los pájaros caían uno a uno, ya se acercaba la noche. El paisaje se tornó anaranjado, rojo y morado. No sabía si pensar, cantar o tararear. Salí al balcón, saqué el paquete detabaco, cogí un cigarro y lo encendí. Veía cómo los coches pasaban como si fuesen… No sé, no sabría cómo describirlo, señores, pero sólo veía cómo contaminaban.
Hoy estaba decidida a salir, estaba cansada de mantenerme entre cuatro paredes, necesitaba el aire fresco, bueno, muy fresco no era. Seguí mi camino, estaba andando por la calle, no sabía qué hacer ni a dónde ir. Veía el tiempo pasarlentamente, en serio, era un asco.
Vi a un hombre con la decisión más extrema que una persona puede tomar en vida. De hecho, de ser llevada a cabo, sería la última decisión tomada por ese individuo. Las razones que llevan a cometer el suicidio son de lo más dispares. Me paré un instante a pensar, intenté parar a aquel hombre, lo conseguí. Le invité a un café para poder aclarar mi duda de por qué lo iba ahacer, ¿Por qué iba a hacer algo tan trágico? Me explicó su historia, no era feliz. Por lo que me contaba, tenía una vida bastante deprimente, pero todos teníamos problemas.
Era tarde, me tenía que ir pero me daba pena ese pobre sujeto, decidí dejarle sitio en mi casa ya que lo habían desalojado, perdió todo. Sus hijos y su mujer murieron en aquel trágico accidente de coche. No sé por qué, peroese hombre me parecía haberlo visto ya, aunque desde aquel golpe que me di en la cabeza ya no recuerdo nada. Siempre me pregunto, ¿Quién soy? ¿Qué soy? ¿Qué hago? ¿Por qué estoy aquí? Mi cabeza siempre está llena de dudas, el por qué, pues no lo sé.
Mientras me estaba contando la historia, sentía como estaba ausente, como si lo estuviera recordando. Tenía dudas pero me provocaba pavoraclararlas. El seguía explicándome su historia. En ese instante, me vino un recuerdo a la cabeza sobre ese hombre, pero no dije nada. Al llegar a mi hogar saqué unas sábanas nuevas para cambiarlas al cuarto de invitados, él, mientras tanto, me dijo que me conocía de algo, mi cara se le hacía familiar. Fue a la sala y vio todos los libros que tenía, inesperadamente se dirigió a mí y me dijo: “¿Qué dicen esosantiguos libros que sólo tus ojos pueden leer? ¿Qué dicen sobre mí? ¿Qué dicen sobre nosotros dos? ¿Hay acaso una línea que contenga mi nombre? Creo que sí, me intriga conocer el espacio que existe entre nosotros. Si debo medirlo en días y tormentas o en kilómetros y abismos no importa yo lo hago pero sé que te conozco, sé quién eres y nos conocemos desde pequeños. Soy Martín ¿Recuerdas? Al quesolías defender en el colegio en las horas del recreo, no sabía nada de ti, estabas perdida”. Me quedé pensativa. Madre mía, no me lo podía creer. Había cambiado mucho.
Su niñez fue triste y solitaria, su adolescencia sombría y taciturna. Vestía siempre de negro y nunca tuvo novia, su concepción del mundo era pesimista y ferozmente amarga. Sólo en la pintura encontraba amparo y ella reflejaba sualma atormentada. Siempre lo trataban como el rarito, pobre hombre. Siempre le querían pegar pero estaba yo allí para protegerle hasta que un día no llegué a saber más de él, me dolió, pensaba que había muerto o algo parecido pero por suerte que sólo era un pensamiento. Quería hablar con él y aclarar muchas cosas, yo le quería o al menos es el sentimiento que acababa de despertarse en mí. En fin,era tarde, nos fuimos a dormir, estábamos muy cansados.
Ya eran las 9:00 a.m. Yo, como siempre, estaba en el balcón, mirando el paisaje (si es que eso era un paisaje). Bajé a la cocina, Martín estaba despierto haciendo tostadas, era todo un amor. Me lo quedé mirando hasta que me habló…
-Buenos días Caeli, o ¿Aún te sigue disgustando que te llamen así?-dijo haciendo que su sonrisa hablara por...
Regístrate para leer el documento completo.