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Movimiento obrero y dictadura: la relación entre los trabajadores y el último gobierno militar en Argentina
Belén María Locatelli

Introducción

El 24 de marzo de 1976, tras el golpe cívico-militar al tercer gobierno peronista, asume la Presidencia de la Nación el teniente general Videla, y la conducción del país queda desde ese momento bajo la dirección de una Junta Militar, integrada pormiembros de las tres Fuerzas Armadas (FFAA). Comienza así un período de siete años de un gobierno autoritario, que tiene como principal objetivo la “reorganización nacional” (en lo económico, político y social), y que bajo la bandera de la “seguridad nacional” implementará políticas represivas hacia los distintos grupos sociales opositores a esta determinación. Entre los sectores más perseguidosse encuentran los trabajadores, por su capacidad de lucha y por ser una constante oposición a las gestiones administrativas que se sucedieron desde la caída de Perón. La presencia pública del movimiento obrero (en distintas organizaciones) y de su brazo armado, en la acción política concreta, pasaron a representar la que sería a partir de allí, junto con el movimiento estudiantil, típica imagendel “subversivo”. 1
La producción académica sobre la represión dirigida a los trabajadores y a la respuesta que éstos tuvieron frente a esa situación no es muy abundante. Los distintos trabajos historiográficos abordan el tema desde diferentes miradas, con distinto tratamiento sobre las fuentes, con distintos recortes periódicos y temáticos; pero con todo, la producción bibliográfica y deinvestigaciones específicas sobre la relación de los trabajadores con el poder estatal durante el Proceso de Reorganización Nacional (PRN) sigue siendo escasa. Eso, sumado al hecho de que justamente esa diversidad de producción tiene el inconveniente de ser tan disímil en sus interpretaciones, que en general los aportes no parecen constituirse en un conjunto de explicaciones (ya sea que se refutenentre sí o no) que sigan una misma lógica de abordaje del problema.
Un primer debate historiográfico sobre estas cuestiones es la clásica dicotomía entre el inmovilismo/oposición del movimiento obrero frente a las acciones represivas del gobierno dictatorial. Los mayores desacuerdos interpretativos están dados en ese punto, en el grado de participación de los trabajadores, si fue en tanto sujetosindividuales o si lograron organizarse entre ellos, y si las cúpulas sindicales se consideran o no en este conjunto de actores. También hay discrepancias derivadas de las diferentes periodizaciones, e interpretaciones respecto de pensar la novedad absoluta del acontecimiento o bien de ordenarlo en las categorías ya conocidas, lo que implica desacuerdos epistemológicos entre los autores. Los mayoresacuerdos versan sobre asumir que el PRN logró, efectivamente, desarticular (la desmovilización es la diferencia interpretativa), no sólo el movimiento sindical y las organizaciones obreras sino también “disciplinar”, en alguna medida a la masa trabajadora. Los distintos análisis del período y estudios de caso dan cuenta, en general, de diferentes formas de acción que los trabajadores llevaronadelante para lograr mejoras en su situación laboral, que fueron cambiando y cobrando fuerza a lo largo del período 1976-1983.
En este trabajo se abordarán primeramente los análisis de los historiadores sobre la relación del movimiento obrero con el PRN, intentando pensar los diálogos y vínculos entre las distintas perspectivas historiográficas: cómo pensaron los autores a los trabajadores en suscapacidades de lucha, de resistencia, en los motivos de esas luchas, de las huelgas, y de los intereses y acciones concretas por los que se llegó hasta allí. En un segundo apartado, se abordarán las distintas interpretaciones sobre la relación de los obreros con la dirigencia sindical y sus efectos, teniendo en cuenta cómo conciben los autores la dimensión de cambio y continuidad.


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