¿Estamos listos?
En el proceso de mediación, según TeresaColomer , el reto de conseguir una población altamente alfabetizada requiere un esfuerzo social elevado tanto en costos como en agentes alfabetizadores. En el afán de intervenir en este proceso, nos olvidamos a veces del sentido de leer, es decir, no logramos enganchar, ni seducir lo suficiente a los jóvenes en el desarrollo de la lectoescritura, y de alcanzarlo, el porcentaje es menor al deseado.¿Qué sucede entonces? ¿En dónde se encuentra el bache en el trayecto de la convicción? Es claro que podemos aprender mucho de ese pequeño porcentaje, pero también es claro que dentro del contexto familiar podemos encontrar un sinnúmero de diferencias tan grandes que podrían, seguramente, mellar nuestro impulso, pero obviamente esto es un supuesto basado en referencias personales de un sectordeprimido, que no necesariamente tendría que estar generalizado. En todo caso, la diferencia de intereses, de objetivos disímiles, de deseos tan divergentes es con mucho la razón. Dejamos de lado la curiosidad, descuidamos indagar sobre el gusto de aquellos a los que queremos involucrar. Podemos conocer de memoria ciertas metodologías, sin embargo, a la hora de ponerlas en práctica, la mayoría olvidamosescuchar. Si no escuchamos, no podremos motivar adecuadamente y sin la motivación apropiada, sin el estímulo de ese deseo propio, intimo, personal no lograremos obtener una transformación real, ni convocar un número aceptable de jóvenes.
Es cierto que los tiempos cambian y que anteriormente no existían tantas fuentes distractoras, tan atractivas para todos, como hoy día; pero acaso nos hemospreguntado en alguna ocasión ¿Cómo es que las nuevas tecnologías logran apasionar tanto a los jóvenes? ¿Qué les están ofreciendo? ¿Cómo podemos enfrentarnos a esta realidad y salir airosos de la misma? No existen mágicas soluciones, pero podemos leer las señales que constantemente nos envían los estudiantes, muchas veces son tan evidentes que no las vemos. El inquirir, supone escuchar, estaratentos, involucrados en las pretensiones particulares de ellos. Esto significa en muchas ocasiones abandonar ciertos tabúes, remilgos, e intereses nuestros.
Precisamos de una justa dosis de paciencia, mucha firmeza y, además, aferrarnos a todo aquello que nos motive constantemente, para así poder animar en estos seres la fascinación por la lectura y la escritura e iniciar el riego de esa semilla que,tal vez, ha sido sembrada en los primeros años de la infancia, o que accidentalmente cayó en algún momento de su existencia por esos azares del destino. Es posible que, si buscamos alternativas tecnológicas, en aras de captar un mayor interés por la lectoescritura en los jóvenes, nos encontremos con campos aún inexplorados que nos pueden brindar innumerables y atractivas opciones para el fomentode este inestable, impreciso pero necesario campo del desarrollo humano. Esto no quiere decir que dependamos perennemente de computadores, y otros artilugios de nuestra moderna sociedad, tampoco que los desechemos, mesura e ingenio es lo que insinúa la expresión; para esto, cabe decir que lo novedoso, divertido, audaz es atrayente, no solo en la juventud, sino a cualquier edad, el estímulo de...
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