Esto no es un ensayo

Salvador era un chico normal en todos los aspectos, le gustaba jugar futbol, amaba los videojuegos y odiaba salir de compras con su enamorada.
-¿El rosa o el azul?-preguntó Inés sosteniendo dos camisetas.
-Los dos te quedaban bien…-sostuvo la mirada con su chica y luego de un par de segundos se rindió- el azul…. ¿podemos irnos?
-¿Por qué los hombres no nos entienden? …¿y cuando yo te acompañoa tus partidos con tus amigos? –dijo en un tono casi burlón y se dirigió a la caja a pagar por su camiseta

Ella era bastante pequeña y delgada para sus 19 años, de cabello totalmente lacio y negro, pero no exageradamente largo, cara alargada, tez blanca y ojos azules, sus pasos eran seguros y fuertes. Él era alto, delgado- pero no demasiado- , ojos marrones oscuros, tez trigueña y una obsesiónque nadie entendía.
-Joven, por favor pasaje- les dijo el cobrador del microbús a los dos jóvenes que iban sentados juntos, ella iba a sacar su billetera.
-No Inés, pago yo, no te preocupes-pagó el dinero correspondiente y recibió los dos pequeños boletos, se quedó observándolos un buen rato; Inés ya no le dijo nada, siempre sucedía lo mismo ¡como si los boletos tuvieran algo de especial! , éllos miraba, sumaba los números del código que venía escrito y luego los guardaba en su billetera con nostalgia ¡tenía una colección completa en casa! Todos en una caja organizados por colores.

-Inés….mira-señaló una letra del boleto.
-¿Qué cosa? –miró donde él le indicaba- ¿Qué cosa?-repitió - ¿Qué hay de raro?
-¿No te das cuenta?-la miró-¡el código! Siempre son números…nunca hay letras.-Bueno…. ¿cambiaron el sistema?-dijo intentando sonar interesada
-No lo entenderás, olvídalo – y guardó el boleto en su billetera, Salvador nunca había visto una letra ¿significaría algo?

El cobrador, de ojos redondos y barba de varios días, lo observa, no extrañado, más bien con curiosidad ¿Por qué alguien, también, coleccionaría boletos?

Luego de dejar a Inés en su casa, Salvador sedirigió a la suya, entró en su habitación y rebuscó entre unas cajas que estaban sobre su armario ¿Dónde estaba? ¿Dónde lo había dejado? ¿Se habría perdido en la mudanza? Hacía poco que se había independizado y ahora que vivía solo en un pequeño departamento en el primer piso de un edificio y ubicado frente a un pequeño parque con un árbol al centro que siempre tenía flores blancas y rosas.

-¡Loencontré!-y aunque nadie podía escucharlo lanzó un grito de triunfo, había hallado lo que buscaba envuelto en una franela verde al fondo de una de las tantas cajas, lo dejó al descubierto revelando un marco de fotos negro con detalles grabados en dorado y la palabra “destino” escrita en la parte superior

-Cuando la respuesta llegue te darás cuenta de lo evidente
Pues el destino ya está escrito y nopuede ser diferente – recitó Salvador frente al portafotos, y poco a poco una mujer de vestido morado fue apareciendo dentro del marco
-He pasado mucho tiempo sin recibir visitas suyas, joven amo-dijo la mujer haciendo una reverencia
-Sin trucos ¿Qué es lo que significa?-dijo mirándola fijamente
-¿Lo que significa qué? Mi señor-respondió con una cara de ignorancia fingida
-Hace años medijiste que observara los boletos de viaje, los he visto y guardado por mucho tiempo y nunca vi nada raro, todo era igual. Ahora dime que significan las letras.
-Eso lo tienes que descubrir tu –sus modales de alta sociedad habían desaparecido- pero recuerda que el destino es más que inevitable
-Y yo no sé qué hago hablando con un retrato-en realidad nunca le había resultado raro hacerlo, consiguióeste articulo en una tienda de antigüedades mientras paseaba con su madre en su decimoctavo cumpleaños, en aquel entonces era bastante sumiso y le interesaba mucho la parte extraña del mundo, porque él se sentía parte de él.
El sonido del timbre lo sobresalta.
Nadie sabía donde vivía, pensó.
A excepción de sus padres, se dirigió al intercomunicador

-¿Hola?-nadie contestó-¿Hola?-se dirigió...