Estrella Errante

Jules pneuma ESTRELLA ERRANTE

Abrió sus brazos para abrazarle mientras aquella mujer le sonreía calidamente, aquella risa que siempre recordaba, era la misma, no había cambiado nada… aun sonaba tan amena, tan infantil y tan acogedora como algunos recuerdos gratos de su niñez; Parecía que ya estaba entre sus brazos; el también sonrío, algo que pocas veces ocurría, y fue feliz en aquel momento;utopía, la cual buscaba voraz día a día. De pronto aquella imagen desapareció súbitamente, se esfumo mientras esos ojos, y aquella brillantez se apagaban, siendo esto comparable con la muerte. Mientras él despertó en la oscuridad de su habitación, inundado por la soledad, y sintiendo aquella agonía que penetraba sus entrañas de nuevo; fueron testigos aquella nebulosidad, la brisa que haciapresencia colándose por las rendijas de sus ventanas y las estrellas que disipaban la lobreguez de su ruina emocional. Tomo la almohada y la abrazo como si fuese ella, deseando que estuviese allí… algunas lágrimas amargas brotaron desde su ser. Aquello solo era un sueño y por enésima vez esta semana se despertaba antes del amanecer, solitario, vacío por dentro; aquel sentimiento que siempre se apoderabade él. Suspiro, y como solía ocurrir no pudo dormir el resto de la noche.

Se sentó en su cama y se tomo el rostro apoyando sus codos sobre las rodillas, pareció susurrar algo inaudible mientras tomaba un pequeño reloj de pulsera de mujer que se encontraba sobre la mesa de noche el cual marcaba las 6:30 de la mañana, ya la luz del día iluminaba la habitación y Robert desnudo como de costumbre sedirigía hacia la cocina de su departamento para preparar algo de tomar; siempre pareció mas joven de lo que realmente era, su cabello de color café claro alcanzaba a cubrir sus ojos y sus orejas, su rostro aun parecía inmaculado con ciertos detalles infantiles, como sus ojos grandes y redondos casi siempre sombríos y tristes pero esperanzadores, su rostro parecía un diamante por su forma, y todoera pequeño y delicado en él, y aunque se asemejaba a un niño, era el espeso entrecejo lo que le daba masculinidad, parecía que había perdurado en el tiempo. Encendió un pequeño fogón a gas mientras colocaba sobre las llamas azules un recipiente con agua, pareció estremecerse por un momento, la mañana era fría y el andaba completamente desnudo; se recupero mientras continuaba hacia la salaminúscula en la cual se erigía un hermoso cuadro pintado al óleo que retrataba un paisaje onírico que el siempre describió como su hogar y

el cual era el único valor real que poseía; un sofá cama y un televisor algo viejo que solo encendía por curiosidad todas las mañanas y en horas de la madrugada cuando el insomnio hacia su presencia. pensaba mientras cambiaba los canales esperando encontrar algointeresante que ver pero solo descubriendo a un montón de hombres y mujeres sonrientes que estiraban sus cuerpos vigorosos al sonido de una música ambiental, o productos innecesarios que ofrecía algún actor veterano que intentaba sobrevivir en el medio. Se observo por un momento, era atlético, alto, y tan níveo como un pedazo de papel; apago la televisión y se sentó sobre el sofá, intento recordaraquella mujer, su cuerpo se estremeció. dijo en voz baja; cerro sus ojos queriendo traer su imagen de vuelta, pero extrañamente aquellos sentimientos que ella le producía y que lo atormentaban no se traducían en una imagen clara que le pudiera identificar.

Tomo el ultimo sorbo de café e hizo una mueca de desagrado, esta vez se había excedido con el azúcar, alcanzo las llaves y cerro la puertamientras bajaba hábilmente los cuatro pisos que conformaban el modesto edificio de departamentos donde vivía; ya en el garaje , tomo una bicicleta de ruta muy llamativa en sus formas la cual se encontraba estacionada entre una fila de varias bicicletas menos vistosas, la saco con cuidado mientras se dirigía hacia la salida, sus compañeros siempre le reprochaban; se preguntaban por que Robert...