Estructura Dram Tica Ra L Serrano
por Raúl Serrano
Pedagogo, director e investigador teatral, Raúl Serrano egresó del Instituto Ion Luca Caragiale de
Bucarest, con el título de Licenciado en Artes, especialidad teatro. En este trabajo de investigación
desarrolla profundamente sus ideas sobre la estructura dramática y la influencia que ejerce sobre el actor.
Los elementos constituyentes de toda estructura dramática son necesariamente los siguientes: 1) Los
conflictos; 2) El entorno, que no debe ser confundido con el mero lugar de la acción; 3) Los sujetos
activos; 4) Las acciones físicas o trabajo específico propio del actor y , finalmente, 5) El texto, tan sólo en sentido condicionador de las acciones.
Pasemos por turno ahora, a la descripción de cada uno de estos componentes.
1LOS CONFLICTOS
Nosotros nos ocuparemos de los conflictos no tanto en su nivel literario de existencia sino en su proceso
de transformación en actos reales y contradictorios entre dos o más sujetos o, a veces, en su aparición como conductas contradictorias en el seno mismo de un sujeto teatral.
Coincidiremos antes en considerar al conflicto como el choque o la colisión entre dos o más fuerzas, y
no simplemente como una situación afligente o dolorosa. Expliquémonos. El actor, al acercarse a una
situación dramática y por ende conflictiva, tiende a describir el conflicto y para ello se sitúa fuera de él,
adopta un punto de vista exterior que lo abarca entonces como una totalidad unitaria. Entiende, por
ejemplo, los tormentos de Edipo, o la duda de Hamlet, las ve, es capaz de hablarnos sobre ellas, incluso
de caracterizarlas desde un punto de vista psicológico. Y esos tormentos y dudas aparecen en verdad
como situaciones dolorosas y lamentables. Pero este acercamiento, si bien puede ser exacto, deja sin
resolver el problema técnico que se le plantea al actor para la solución de su tarea específica en el
escenario. ¿Cómo procederá el actor para atormentarse, o para dudar?
Ya Stanislavski hablaba de la imposibilidad que tiene para poner frente a sí los sentimientos como
tareas ya que aquellos tienen un origen involuntario. Y los conflictos, generalmente, cuando intentan ser
descriptos desde afuera, desde actitudes poco técnicas, tienden a aparecernos como sentimientos.
El enfoque técnico, propio de la metodología que intentamos explicitar, sugiere que el actor los aborde
tratando de visualizar cuáles son los dos o más elementos en pugna que se le aparecen como
tendencias opuestas en su accionar, como propuestas contradictorias para su trabajo específico. De
este modo, el actor puede intentar asumirlas aunque se le presenten como un quehacer contradictorio y
más bien, justamente por eso, ya que es así como surgen y se materializan los conflictos sobre la
escena en clara vinculación a la acción.
Para el actor, y considerando el problema desde un punto de vista técnico, nunca el conflicto se le
aparece como una palabra que lo describe sino como un objetivo a alcanzar que entra en colisión con
otro, por lo menos, que se le opone. Estos dos objetivos contradictorios pueden pertenecer a personajes
diferentes que se enfrentan, o bien pueden manifestarse como tendencias dentro de una sola conducta:
el deber y el honor, con sus objetivos diferentes, por ejemplo, en cuyo cumplimiento el personaje
aparece desgarrado.
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Esta visión técnica de los conflictos nos enfrenta, de un modo dialéctico, con el desdoblamiento de la
unidad (dramática en este caso) en sus partes contradictorias, concebidas además como elevadamente ...
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