Estudiante Pregrado

Presentado por: Ana lucia



TRAVESÍA EN EL AMAZONAS
Hacia las dos de la mañana, “La Victoria” se ha ido en pique, el caudaloso rio negro, ha averiado la proa, y las provisiones se han hundido en este imponente rio, le dije a Vermudo que no aguantaría el bergantín; ahora nos han enviado a traer raciones para los tripulantes. Fernando, -escuché una voz en las lejanías. Y ahí estaba, unhombre bajo, con los ojos hinchados, parece que tuvo un mal día. Esta voz, gritó mi nombre, -Anda. Dijo, -¡vamos por las raciones!, de mala gana lo seguí, la neblina cubría la selva; con nuestros machetes abrimos camino, Vermudo iba delante mío, no podía soportar oírlo silbar tan alegremente, después de lo ocurrido, como él siendo el vigía no podía alertar del enorme obstáculo que se encontraba aestribor, ahora por culpa suya estoy aquí aguantando frio y escuchando su horrible canción, por un momento el silencio invadió el lugar, vi el miedo en sus ojos. Vermudo me tomó del brazo y lentamente nos adentramos en la selva, ¿Qué pasó?,- suéltame, le dije con un tono de disgusto, Vermudo no paraba de sudar y me di cuenta de que algo no andaba bien, entonces Vermudo señalándome con su brazoregordete, me trataba de mostrar lo que en las distancias nos acechaba, no podía ver bien. Parecía la silueta de una mujer, sus cabellos negros y largos cubrían sus pechos desnudos, en sus manos tenía una lanza, la cual arrojó, cayó junto a los pies de Vermudo, salimos a correr para informarle al capitán Francisco de Orellana, cuando llegamos a la embarcación, en coro y algo acelerados por el trote leinformamos al capitán que nos atacaban unas mujeres guerreras, éste con tono sarcástico soltó una carcajada, la cual se fue apaciguando y frunciendo el ceño, el capitán Orellana, le dijo a la tripulación que tomara sus armas, pero ya era demasiado tarde las mujeres habían rodeado el bergantín, se oyó un susurro, ¡las amazonas!, el susurro provenía del capitán, todos no miramos el miedo flotaba enel aire, no sabíamos lo que nos esperaba, la mujer de la lanza me miró, pareció reconocerme, mi corazón latía fuerte, la mujer me señaló y sin darme cuenta me sujetaron por ambos lados, otras dos mujeres, lucían igual que la mujer de la lanza. Las Amazonas como las había bautizado el capitán por su parecido con las mujeres guerreras de la mitología griega, nos introdujeron en la profundidad de laselva, caminamos por días, todos estábamos exhaustos, repentinamente fuimos disminuyendo el paso al parecer habíamos llegado a su aldea. Las casas eran grandes y con una forma ovalada, el lugar guardaba un aire místico, el aire acariciaba los árboles y estos parecían susurrar cánticos ancestrales, los niños jugaban con aves de mil colores, animales que solo había visto en libros, y reunidos losmás ancianos fumaban alrededor de una fogata, sus aldeanos de estatura media y con taparrabos nos miraban con rabia, la mirada en sus ojos me indicaba que no iba a suceder nada bueno, las guerreras amazónicas nos metieron en una de estas casas, nos ataron, y se fueron sin decir nada, el pánico y el terrorismo acrecentaba con el pasar del tiempo, veía como cada uno de mis compañeros empezaba adelirar, por falta de comida, ya han pasado más de cinco días y para no pensar en el hambre, trataba de recordar mi pequeño pueblo, Tujillo (provincia de Cáceres) España, recordaba su gente, en especial al sabio Pelayo, quien a espaldas del gobierno monarca español, hablaba del estado, este ideal en el que se pretendía que cada hombre fuese libre de usar la razón, y cuyo principal objetivo siempreseria la libertad, sus ideas eran revolucionarias para la época, pero yo lo consideraba como mi maestro; antes de embarcar en esta expedición, Pelayo tuvo una larga plática conmigo, él estaba renuente a que partiera, pues creía que lo único que se buscaba en ese tipo de expediciones, era imponer doctrinas, políticas y normas a otras civilizaciones, a lo que él llamaba paternalismo, él me decía...