Estudiante
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Su triunfo fue efímero. Cuando las noticias del arreglo llegaron a Cartagena, el virrey Flores lo desconoció de manera categórica y el 6 de julio envió quinientos soldados a Santafé para restaurar el orden. Dirigidos por José Antonio Galán, mestizo de genio violento, aquellos comuneros que no habían desistido continuaron la lucha hasta que Galán fuecapturado en Onzaga (Santander) el 13 de octubre. Con el orden restaurado, el virrey Flores restableció los aborrecidos impuestos, y juzgó y ejecutó a Galán y a tres de sus compañeros el 1o. de febrero de 1782. Muy poco tiempo después, renunció a su cargo para aceptar ser promovido como virrey de la Nueva España. En julio de 1782, la corona nombró como su sucesor a Caballero y Góngora. Uno de losprimeros actos del virrey-arzobispo fue conceder un perdón general a todos los involucrados en la insurrección del 7 de agosto. La paz retornó, desde el punto de vista de las autoridades reales, pero no para los comuneros.
La insurrección que agitaba la zona central de la Nueva Granada se extendió rápidamente por la cordillera y llegó a la provincia de los Llanos, un territorio vasto, pocopoblado, que abarcaba las vertientes orientales de los Andes y las llanuras de pasto tropical del Casanare, al norte del río Meta. El 19 de mayo los ciudadanos criollos de las tres ciudades españolas de Pore, Santiago de las Atalayas y Santa Rosa de Chire, abolieron los nuevos impuestos, los tributos de los indígenas y la alcabala*. En Pore depusieron al cabildo y a los administradores de impuestos,forzando al alcabalero a devolver el dinero que había recaudado recientemente. En la capital, Santiago, desalojaron el cabildo, y el gobernador, don José Caicedo y Flores Ladrón de Guevara, advertido de antemano sobre la insurrección que iba a llegar, de manera prudente huyó de su casa en el pueblo de Morcote(5).
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La proclamación en Pore, y en otros pueblos aledaños, de una carta fechada el 23de mayo y firmada por el común del Cocuy, exaltó aún más a los indígenas. Cocuy era un pueblo de las tierras altas, situado al nordeste de Sogamoso, y la carta dirigida a los capitanes y subordinados de Támara, Ten y Manare afirmaba que Túpac Amaru había sido coronado rey y que iba a acabar con todos los impuestos. La carta continuaba:
Los indígenas de Támara leyeron esta carta en cada pueblo.Explicaron a los lugareños que no tenían que asistir a misa ni a las clases de catecismo a menos que lo quisieran hacer, porque los sacerdotes no podían obligarlos a hacerlo. José Tapia, vicario general de la provincia de Santiago, fue testigo de este acontecimiento en Morcote. En un recuento muy emocional de la insurrección que escribió a Salvador Plata en el Socorro, afirmaba que los Támaras lehabían dicho que la orden no provenía del Cocuy, pero su borrador había sido realizado en Pore(8). Ésta era también la opinión del gobernador Caicedo, quien, viendo que Mendoza trataba de alentar a los indígenas en contra suya, rápidamente recogió sus documentos y huyó de Morcote rumbo a Socotá, dejando sus pertenencias pesadas de cargar al cuidado de Tapia(9).
El 26 de mayo, veinte indígenasprovenientes de Támara, Ten y Manare, armados con arcos y flechas, llegaron a Morcote y atacaron la casa abandonada del gobernador. Destruyeron todo lo que encontraron y trataron de entrar en la iglesia para sacar algunos estandartes. Cuando el vicario general los disuadió de tal propósito, le ordenaron entregarles todas las propiedades del gobernador que permanecían bajo su posesión. Lo amenazaroncon cortarlo en pedazos, quemar su casa y llevarlo amarrado hasta Pore si no obedecía. Enfrentado a estas posibilidades aterradoras, Tapia aceptó entregar los objetos. Les preguntó nuevamente que a quién estaban obedeciendo órdenes, y éstos "de manera unánime confesaron que obedecían a don Javier de Mendoza"(10)
Determinada a aprehender a Caicedo, la fuerza, ahora ampliada a 1.500 hombres, se...
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