Estudiante
¿Cómo votar a unos políticos que, ejerciendo gobierno u oposición, gestionan un País en el que la explotación, la tortura y el asesinato son crímenes que laley regula y consiente? Podría hacerlo si me consolase pensar que a mí, en razón de mi especie, nunca me desollarán para vestir a otro, ni me van a llenar las vísceras de plomo por un trofeo, no meclavarán banderillas y lanzas en nombre del dinero o de la tradición, y jamás me pondrán una inyección letal por estar abandonado. Podría votarles sin remordimientos si me trajese sin cuidado elsufrimiento y la muerte de esos que nunca seré, los animales no humanos. Pero no es así.
El hombre normalmente no mata animales no por crueldad, sino por negocio o diversión. Para eso aparta de siconscientemente lo que la ciencia y la ética dictan: que los animales comparten con nosotros un sistema nervioso sensible y que todos somos dueños de nuestra vida. Dar cobijo legal a tal iniquidad es unadepravación de la que tenemos demasiados ejemplos en la historia. Cuando veo un camión de camino al ruedo, al matadero o al circo, con el rótulo “Transporte de animales vivos”, no puedo evitar la imagende otros convoyes convertidos en “Transporte de judíos”. Nuestras “diferencias” para justificarlo no son más dignas que las suyas.
Supongamos – que es mucho suponer – que nuestros políticos sepreocupan realmente por la vivienda, el empleo, la sanidad, la educación, la investigación, etc. ¿Es suficiente con eso? ¿Debemos de ignorar que en lo que al trato de los animales se refiere vivimos en uncampo de exterminio legal, educando en ese entorno a nuestros hijos y transmitiéndoles que el tormento extremo de los más débiles y desprotegidos es una herencia cultural y económica honesta?Señores políticos, ahora que llegan las elecciones, no escojan una “democracia” degenerada en la que la justicia, la igualdad y la libertad son sólo patrimonio de una especie, y dejen de otorgar...
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