Estudiante
Lakoff se considera de izquierdas, como podría ser de derechas o ni una cosa ni la otra.El asunto no tiene, en principio, por qué aportar nada significativo a la especialidad que le da la fama. Si es académico, el mérito lo adquiere por su trabajocientífico, no por sus inclinaciones políticas. Causaría sorpresa ver a un biólogo obtener resultados distintos de sus análisis microscópicos según fuera suenfoque personal o su estado emocional.
Bien está, sin embargo, que Lakoff aproveche sus organizadas neuronas para describir el mundo en que vive y sientadeseos de arreglar los desperfectos. Pero suponemos que la perspicacia intelectual de Lakoff le ha servido al PSOE para dos fines: aprovechar, por un lado, eltirón de este personaje entre los círculos liberales norteamericanos (ser allí liberal equivale a ser socialista o comunista); y, por otro, su capacidad pararevelar y denunciar el críptico discurso de los políticos conservadores republicanos, situación que sería aplicable al contexto electoral español, en el que elenemigo a destruir es el odiado presidente norteamericano George Bush, el denostado ex-presidente español José María Aznar, el líder del PP español MarianoRajoy, el atizador de conciencias y polemista Jiménez Losantos, director del programa matinal de la emisora COPE (empresa de la iglesia española), y el directordel periódico El Mundo, Pedro J. Ramírez, rival directo de otro periódico nacional, El País, considerado como el Pravda o el Granma del socialismo español.
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