estudiante
El paciente pobre y y mas aún, el no amparado por los seguros de salud, es sumamente vulnerable a los daños causados por las enfermedades y losaccidentes; siendo frecuente en ellos la presencia de complicaciones, secuelas graves o muerte prematura.
Bajo estas circunstancias existen aún incontables pacientes que viven tanto en el mediorural como en las ciudades; suelen ser los indígenas remontados en pequeñas comunidades de dificil acceso, los niños, ancianos y enfermos mentales en situación de calle, los discapacitados sinoportunidades de trabajo, los adictos y alcohólicos abandonados, los migrantes sin hogar etc.
La incomunicación, las barreras del idioma , el hambre, las inclemencias del tiempo, el medio ambiente hostil,el hacinamiento, la promiscuidad, la explotación sexual, y las muy diversas contingencias hacen de todos ellos sujetos proclives de la enfermedad.
Estas personas, cuya pobreza es extrema presentanvarias características comunes: se alimentan precariamente o con desperdicios y bazofias, mantienen condiciones de higiene deplorable, tienen carestía de vestido y calzado, pernoctan en lugaresinhóspitos o en la vía pública, usualmente son portadores crónicos de ecto y endoparasitosis y con frecuencia cohabitan con individuos de igual infortunio constituyendo entidades aisladas de la sociedadcuando no temidos y repudiados por ésta.
Cuando estos individuos resultan víctimas de accidentes o padecimientos frecuentemente se despliega en ellos la historia natural de la enfermedad sin mástregua que la que impongan sus defensas naturales con las consecuentes complicaciones y secuelas; y así los vemos deambular por las calles cojos, tuertos, mutilados, deformes, edéntulos, desnutridos,llagados, atestados de cicatrices… o peor aún: anunciados en los diarios como “Occiso desconocido”.
Estos pobres extremos, no deben pasar inadvertidos a los ojos del médico ni en su desamparo...
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