estudiante
Portada
Prólogo
Citas
Introducción
Parte I Las siete claves para ser un equipo admirado
1. El Pep Team: Misión, visión y valores
2. La identidad: «El éxito atrae al éxito»
3. Una idea clara de talento. Guardiola y sus jugadores
4. La cantera, la Masía: Promover desde dentro
5. Un clima SRD: Cuidado con la euforia y la disforia
6. Cómo gestiona Guardiola el rendimiento de susjugadores
7. La compensación: Más allá del salario
Parte II El arte de crear valor
8. Trucos de ganador
9. Un estilo propio de liderazgo: ¿Qué tiene Guardiola?
10. Conclusiones
11. Y en el futuro
Epílogo
Referencias bibliográficas
Notas
Créditos
PRÓLOGO
EXISTEN LOS MILAGROS
ep Guardiola fue la primera persona que entrevisté en un programa de televisión (Tres Senyores
i unSenyor. TV3, 1993). Él estaba hecho un flan, y yo otro. Éramos dos flanes temblorosos en
medio de un plató. Aunque él ya era el líder del Dream Team que se había forjado en Wembley, a
nosotras nos pareció un chavalín indefenso. En el campo mandaba y organizaba el juego, pero en un
plató de televisión, acorralado por tres mujeres, titubeó cuando tuvo que responder a preguntas no
estrictamentefutbolísticas.
Posiblemente influida por aquel primer recuerdo yo fui de las que cuestionó la designación de
Pep Guardiola como entrenador del primer equipo del Barça. Por aquel entonces, en el verano de
2008, me pareció que su brillante trayectoria como jugador y s u «amor p o r e l Club» n o eran
suficiente carta de presentación. Qué gran visión de futuro la mía. No fui la única. Otros, muchomás
expertos que yo –y que hoy se proclaman guardiolistas de toda la vida– me acompañaron en aquel
momento de imperdonable ceguera.
Después de nuestro primer encuentro televisivo, tardé menos d e d o s a ños e n volverle a
entrevistar (Fora de joc. Canal 33). Ya era otra persona. Dominaba el plató, sabía qué podía decir y
qué convenía callar. Era un gran estratega, un comunicador nato con ideaspropias y aficiones más
allá del fútbol, un prescriptor que convertía sus recomendaciones literarias en auténticos best seller.
Algo no muy común entre los deportistas, que muy a menudo lo único que pueden recomendarnos con
garantías son los juegos de la Play Station.
Guardiola había madurado e n dos años. Desde l a segunda entrevista y su llegada al banquillo
blaugrana se operaron en él unmontón de cambios que yo desconocía. Principalmente, sus logros al
frente del Barcelona B, donde se había forjado ya, desde abajo, como un entrenador perfeccionista y
esforzado. Quizá el único técnico de Tercera División obsesionado en grabar a todos sus rivales
para analizarles al milímetro.
Siendo y a entrenador d e l primer equipo d e l Barça, intenté hacer valer mis dos primerasentrevistas con el tierno Pep para entrevistar, por tercera vez, al –ahora– triunfador Pep. Declinó el
ofrecimiento. «Se habrá enterado de que no di ni un duro por él cuando le nombraron», me lamenté.
Pero sus mejores amigos me argumentaron el motivo, que me pareció muy coherente, muy
«Guardiola». Pep calculó que atender a la prensa –a toda la prensa porque él no quería hacer
diferencias entre elperiódico deportivo de más tirada y una radio regional–, le llevaría unas cuatro
horas diarias, tiempo que tendría que restar a su trabajo como entrenador. No se lo podía permitir.
Cuando excusó su presencia en la entrega de premios de la Liga de Fútbol Profesional diciendo
que tenía que visionar tres videos de la Cultural Leonesa, hubo quien no le creyó, otros directamente
bromearon, pero eraverdad. Pep piensa que nunca, nunca, debe despreciarse al rival, una lección
que el Madrid después del «alcorconazo» ya debería haber aprendido.
No soy experta en liderazgo, tampoco en deporte, pero con el permiso de los maestros Juan
Carlos Cubeiro y Leonor Gallardo, me atrevo a decir que Pep Guardiola no es un líder natural como
P
lo puede ser Johan Cruyff. Guardiola es un líder hecho a...
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