eSTUDIANTE

Nombre y apellido: _________________________________Fecha: _____________________
Grado séptimo
Área: Humanidades Asignatura: Lengua castellana
Docente: _________________________________________

El PERRO DEL CIEGO
Las seis de la mañana! Ya es la hora de salir: estamos en junio y hace rato que debe ser de día. ¡Luisa ¡ ¡Luisa! ¿Te has levantado o estastodavía durmiendo?
El que esto decía era un anciano de setenta años, con el cabello blanco, de mediana estatura, que se apoyaba en un palo grueso, con una mano, mientras con la otra buscaba la puerta que daba salida a su humilde habitación. El viejo Teodoro era ciego. La persona a quien se dirigía era su nieta, hermosa niña de doce años, que dormía profundamente en el cuarto inmediato al de su abuelo.Teodoro era un hombre pobre que pedía limosna por el camino que conducía desde el pueblo a la ciudad, mientras que la niña realizaba las labores del hogar. Al escuchar la voz del anciano, Luisa se despertó sobresaltada, se vistió presurosa y corrió a buscar a su abuelo, al que abrazó y besó con la mayor ternura.
Teodoro se marchó como cada mañana en compañía de Miro, un gran perro negro queestaba con ellos desde que nació. Luisa barrió la casa, arregló el cuarto de su abuelo y el suyo, encendió el fuego del hogar, preparó el frugal almuerzo y luego se sentó junto a la ventana y se puso a coser.
Transcurrieron tres horas sin que el abuelo volviese, y la niña empezó a estar inquieta. Ya iba a salir a la calle a buscar a su abuelo cuando Miro se acerco a la ventana; venia muy cansadoy lanzaba ladridos lastimeros. Guiada por el perro, Luisa halló a su abuelo, tendido en el suelo, sin sentido. El pobre abuelo había salido estando enfermo, y las fuerzas le habían faltado antes de regresar a su morada. Por indicaciones del médico, Teodoro tuvo que permanecer en cama por algún tiempo. Los recursos estaban ya agotados, y el último pedazo de pan se había comido por la mañana.Miro, impaciente por el hambre, había salido y Luisa cosía sentada en la puerta de la casa.
De pronto la niña vio venir a Miro, que corría perseguido por un hombre. El animal había tomado un panecillo entre sus dientes como aliento para sus amos. Luisa intercedió por el perro ante el enojado panadero, y a cambio del panecillo le entregó un gorro parasu hijo. La lamentable situación conmovió al hombre, que observo como repartían en tres partes iguales.
Al enterarse de lo ocurrido con Miro, el abuelo tuvo la idea de enviar al animal a trabajar por los tres. Le colgarían una cestita al pescuezo, Luisa saldría con él al mercado y pediría limosna. Solo lo acompañaría un día y en adelante iría solo. Así lo hizo la niña, y por la noche, cuandovolvió a su casa trajo un panecillo que le había puesto en la cesta el panadero a quien había dado la

Gorrita. Al día siguiente, la niña envió de nuevo al perro al mercado y a declinar la tarde llegó con el cestito lleno de provisiones y además algunas monedas de cobre. Aquel noble animal pidiendo limosna para sus amos, con su mudo lenguaje, inspiró curiosidad e interés y fue precisamente elpanadero quien contesto a todas las preguntas que le hacían sobre el particular.
Sucedió que una mañana pasó una opulenta y caritativa señora por el mercado, al tiempo que un grupo de curiosos rodeaba al perro. La señora quiso enterarse de lo que ocurría y le impresionó la historia de Luisa y de su abuelo. Aquella dama, que se encontraba sola enel mundo, decidió visitar al viejo y a la niña. Se encariño con los dos y quiso favorecer los .Luisa llegó a ser la hija adoptiva de aquella señora. Cuando Teodoro murió de vejez. En cuanto a Miro, fue el constante amigo y compañero de la niña, pero a pesar de haber mejorado su suerte y la de su ama, todos recordaban que el había sacado a...