Estudiante
Muchos prejuicios van a derrumbarse después de la lectura de El vencedor está solo, última novela del mega-fenómeno Paulo Coelho. Otros van a confirmarse: Coelho, de hecho, no reniega del género que representa –la autoayuda– ni ofrece sutilezas en el plano literario. Sus personajes son trillados e inverosímiles, el uso del lenguaje es apenas convencional. Pareciera que ellector ideal se construye como señalaba un famoso productor sobre las características del típico espectador televisivo: un niño de doce años, cansado, sin ganas de que lo molesten. La novela, justamente, está montada sobre los géneros televisivos. Mientras que las historias se cruzan en capítulos divididos de acuerdo al tiempo cronometrado de un reality show , los protagonistas parecen sacadosde un programa de chimentos sobre ricos y famosos.
Sin embargo, las lecturas que condenan de antemano a los libros de autoayuda como hechos "no artísticos" y comerciales, muchas veces no tienen en cuenta que ni el escritor ni los lectores pretenden una experiencia estética al acercarse a esos textos. Las expectativas van desde el mero entretenimiento a la obtención de una ética práctica, yesta segunda dimensión es la que los hace interesantes. Aunque es cierto que los consejos de la autoayuda casi siempre son conservadores y trillados, los lectores hacen múltiples usos de los mismos, y creer que los textos van a obtener una reacción mecánica es subestimar a esos lectores de un modo similar al que estos mismos textos muchas veces los subestiman. Los usos que se hacen de lasnovelas del género autoayuda, a veces perversos, otras comunitarios, otras meramente lúdicos, van mucho más allá de la función entretenimiento que se le asigna mayoritariamente a la televisión. Porque, en primer lugar, la cultura escrita permite un nivel de reflexividad mayor. Estos libros no sólo pueden habilitar otras lecturas más complejas, sino que, en algunos casos, se plantean como el primerpaso que habilita un acceso posterior a otro tipo de literaturas. Antes que condenarlos, entonces, entenderlos sería mucho más interesante. Y no olvidar que los libros, a fin de cuentas, son dispositivos de movilización de conciencias.
El vencedor está solo es un libro sobre la ambición, sobre la falta de amor, sobre la locura y la manipulación de los sueños por parte de la industria de lamoda. De un modo más simplista que la inolvidable Super Cannes de Ballard, pero con muchos puntos en común, Coelho intenta diseccionar la superficialidad, el vacío existencial y la decadencia de la industria del cine que rodea al glamoroso festival de la costa francesa. El villano, un millonario ruso dueño de una compañía de comunicaciones que combatiera en la guerra contra Afganistán, es laversión edulcorada del Patrick Bateman de Psicópata americano (Bret Easton Ellis). Pero, en lugar de hablar sobre los yuppies, Coelho carga contra la que denomina "Superclase" contemporánea, cercana a la industria del lujo y los grandes negocios globales.
Nutrido de parábolas que alimentan un inconsciente político a fin de cuentas individualista, y sin grandes recursos intelectuales, el librocarga contra el materialismo, contra las modelos, contra las compañías de aviación, contra la industria del diamante que subvenciona matanzas en Africa, contra la monogamia, contra las marcas (así se emparenta con No logo ), contra la primacía de la distribución por sobre la producción de los bienes culturales, contra el uso de los teléfonos móviles, contra el narcotráfico que se blanquea a travésdel mercado del arte, contra la filantropía de los ricos, contra la justicia por mano propia, contra el movimiento ecologista, contra la avidez de novedades y el deseo de visibilidad de los públicos, contra el periodismo de espectáculos y contra los estudios de mercado y de tendencias, a los que, citando a Deleuze, cataloga como los verdaderos amos de la subjetividad contemporánea. También...
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