Estudiante

Las adicciones: sus fundamentos clínicos: Héctor López.
Las adicciones: en el estudio de ellas se producen inexorablemente el entrecruzamiento de múltiples discursos diferentes entre sí: éticos, políticos, religiosos, económicos, jurídicos, sociológicos, etc.
Una de las ideas de Héctor López despliega para pensar las toxicomanías como la cancelación toxica del dolor, es descubierta como unatemprana intuición de Freud en 1884, cuando puso en evidencia la acción de la cocaína sobre las afecciones dolorosas.
Desde que Freud escribió sobre el humor sabemos que se trata de un modo de soportar lo insoportable, arma implacable de la cual el adicto carece porque la ruptura del matrimonio con el falo deja al sujeto en un campo trágico en el instante mismo en que se supone que es poseedorde la posibilidad de dominar el goce y tenerlo al alcance de la mano.
Las drogas funcionan como los objetos de goce que están en el reverso del discurso capitalista, que uniformiza y empuja a un goce “para todos” pues llevan a que cada uno este solo con su “plus de gozar”.
La cuestión de las sustancias químicas está presente desde la prehistoria del psicoanálisis en los dos textos de Freud sobrela eficacia del clorhidrato de cocaína contra el dolor orgánico y reaparece constantemente en su obra, ubicada en la serie de las “soluciones” contra el malestar.
Para el pensamiento psicoanalítico, el fenómeno de la adicción y la cuestión del consumo de sustancias toxicas son dos problemáticas diferencias: ni la adicción es siempre a un químico toxico, ni la ingesta toxica implicanecesariamente a la adicción.
No se podría decir que exista un tratamiento psicoanalítico especifico para las adicciones, ni que el psicoanalista conduzca la cura con el fin explicito de la supresión del habito.
Freud destaca la masturbación infantil como una primera adicción que servirá de modelo a todas las demás. Habla a demás del poder adictivo de la hipnosis, del amor, del juego, etc. Esto significaque las adicciones no se explican por la sustancia u objeto al que se fija la satisfacción, si no por la operación inconsciente que las determinan. La especificidad de los efectos de una sustancia, incluso su grado de nocividad y hasta su propiedad adictiva, dependen de un factor subjetivo, en el caso del consumo privado, o del contexto simbólico si se trata de un rito o de una ceremonia, más que desu propiedad estrictamente química.
Para un objeto cualquiera sea, adquiera una propiedad adictogena, se requiere de algo más que la cualidad química, requiere un desplazamiento significante por el cual dicho objeto pasa a ocupar un lugar en el deseo de otra cosa del sujeto.
El analista no define a un sujeto por su adicción si no por su estructura inconsciente, donde la droga ocupa lugar de“efecto” y no de causa.
Freud menciona diferentes objetos que sirven de remedios al “dolor de existir”, o en otros términos, a la insatisfacción del deseo, y establece con ello una serie donde coloca como el mas poderoso quitapenas, pero al mismo tiempo el más perjudicial, al objeto químico. Le siguen luego otras formas de consolación mejor mediatizada y menos dependiente del objeto, como el teatro,la literatura y el humor, o la religión y la ciencia, y hasta la neurosis misma.
En la historia del psicoanálisis muchas veces se ah pensado que la droga proporciona una experiencia de satisfacción o felicidad provisoria ala que incoerciblemente se necesita volver.
No está en absoluto la idea de Freud, para quien la perdida inevitable de felicidad (de goce) que acarrea la cultura (lacastración) promueve en los hombres dos diferentes actitudes: algunos rechazan esa perdida y por lo tanto insisten en gozar, mientras que otros se contentan con evitar el “dolor de existir” por medio de algún “subterfugio”. Es en esa segunda vertiente negativa donde Freud ubica a la intoxicación por drogas, bien lejos del espejismo de la satisfacción Pulsional. Ya no se trata de suponer un sujeto que...