Estudiante
Ve a rezar, hija mía. Ya es la hora
De la conciencia y del pensar profundo:
Cesó el trabajo afanador, y al mundo
La sombra va a colgar su pabellón.
Sacude el polvo el árbol del camino
Al soplo de la noche; y en el suelto
Manto de la sutil neblina envuelto,
Se ve temblar el viejo torreón.
¡Mira! su ruedo de cambiante nácar
El Occidente más y más angosta;Y enciende sobre el cerro de la costa
El astro de la tarde su fanal.
Para la pobre cena aderezado
Brilla el albergue rústico, y la tarda
Vuelta del labrador la esposa aguarda
Con su tierna familia en el umbral.
Brota del seno de la azul esfera,
Uno tras otro, fúlgido diamante;
Y ya apenan de un carro vacilante
Se oye a distancia el desigual rumor.
Todo se hunde en la sombra: elmonte, el valle,
Y la iglesia, y la choza y la alquería;
Y a los destellos últimos del día
Se orienta en el desierto el viajador.
Naturaleza toda gime; el viento
En la arboleda, el pájaro en el nido,
Y la oveja en su trémulo balido,
Y el arroyuelo en su correr fugaz.
El día es para el mal y los afanes:
¡He aquí la noche plácida y serena!
El hombre tras la cuita y la faena
Quieredescanso y oración y paz.
Sonó en la torre la, señal; los niños
Conversan con espíritus alados;
Y los ojos al cielo levantados,
Invocan de rodillas al Señor.
Las manos juntas y los pies desnudos,
Fe en el pecho, alegría en el semblante,
Con una misma voz, a un mismo instante
Al Padre universal piden amor.
Y luego dormirán; y en leda tropa
Sobre su cuna volarán ensueños,Ensueños de oro, diáfanos, risueños,
Visiones que imitar no osó el pincel;
Y ya sobre; la tersa frente posan,
Ya beben el aliento a las bermejas
Bocas, como lo chupan las abejas
A la fresca? azucena y al clavel.
Como para dormirse, bajo el ala
Esconde su cabeza el avecilla,
Tal la niñez en su oración sencilla
Adormece su mente virginal.
¡Oh dulce devoción, que reza y ríe!
¡De naturalpiedad primer aviso!
¡Fragancia de la flor del paraíso!
¡Preludio del concierto celestial!
Ve a rezar, hija mía. Y ante todo,
Ruega a Dios por tu madre; por aquélla
Que te dio el ser, y la mitad más bella
De su existencia ha vinculado en él;
Que en tu seno hospedó tu joven alma,
De una llama celeste desprendida;
Y haciendo dos porciones de la vida,
Tomó el acíbar y te dio la miel.Ruega después por mí. Más que tu madre
Lo necesito yo... Sencilla, buena,
Modesta como tú, sufre la pena,
Y devora en silencio su dolor.
A muchos compasión, a nadie envidia,
La vi tener en mi fortuna escasa;
Como sobre el cristal la sombra, pasa
Sobre su alma el ejemplo corruptor.
No le son conocidos... ni lo sean
A ti jamás... los frívolos azares
De la vana fortuna, lospesares
Ceñudos que anticipan la vejez;
De oculto: oprobio el torcedor, la espina
Que punza a la conciencia delincuente,
La honda fiebre del alma, que la frente
Tiñe con enfermiza palidez.
Mas yo, la vida por mi mal conozco,
Conozco el mundo y sé su alevosía;
Y tal vez de mi boca oirás un día
Lo que valen las dichas que nos da.
Y sabrás lo que guarda a los que rifan
Riquezas y poder,la urna aleatoria,
Y que tal vez la senda que a la gloria
Guiar parece, a la miseria va.
Viviendo, su pureza empaña el alma,
Y cada instante alguna culpa nueva
Arrastra en la corriente que la lleva
Con rápido descenso al ataúd.
La tentación seduce; el juicio engaña;
En los zarzales del camino deja
Alguna cosa cada cual; la oveja
Su blanca lana, el hombre la virtud.
Ve,hija mía, a rezar por mí, y al cielo
Pocas palabras dirigir te baste: “piedad,
Señor, al hombre que criaste;
Eres Grandeza; eres Bondad, ¡Perdón!”
Y Dios te oirá; que cual del ara santa
Sube el humo a la cúpula eminente,
Sube del pecho cándido, inocente,
Al trono del Eterno la oración.
Todo tiende a su fin: a la luz pura
Del sol, la planta; el cervatillo atado,
A la libre...
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