estudiante
Emma Crouch, la célebre mundana, conocida por el nombre de Cora Pearl; la afortunada hetaira del Segundo Imperio; la Gloriane Gloriani de la corte de Napoleón III; la mujer galante quegastaba diariamente mil quinientos francos en cubrir su mesa de violetas de Parna; la favorita del príncipe de Orange y la Cleopatra del joven Duval; la aventurera que brilló mucho más que losdiamantes que la adornaban y rodó por el mundo del mismo modo que los luises que caían de sus manos; la escultura viviente que hizo sacar el molde de su pecho en ónix y sirvió de modelo a Gallois para unade sus mejores estatuas; acaba de fallecer tristemente en París.
Digamos algo acerca de su vida.
Cora nació en Plymouth, el año 1842, de una familia de artistas. Su padre es el autor de lacélebre composición musical titulada Kathleen Mavourneen, que tanta aceptación tuvo en Inglaterra; su madre era una mujer piadosa, pero que no se ocupó mucho de la educación moral de sus hijos. Huérfana depadre, a los cinco años, fue enviada a un colegio de Francia, por detestar profundamente el nuevo esposo de su madre, donde permaneció hasta 1855, época en que partió a Londres, para vivir en compañíade su abuela paterna. Desde esa fecha no tuvo nunca noticias de su familia, llegando solamente a saber que su hermana había sido contratada en Covent Garden. Una mañana, al salir de la iglesia, notóque la mujer que la acompañaba se había ausentado y se decidió a ir sola a su casa. Después de haber recorrido algunas calles, observó que era seguida por un hombre de unos cuarenta años, quien lamanifestó el deseo que tenía de regalarla confituras... Todo el mundo conoce el final de la aventura, digna de figurar entre las publicadas por la Pall Mall Gazette. Cora huyó de Londres, con un amorprofundo a la libertad y un odio mortal a los hombres, decidida a establecerse en París, donde adoptó el nombre que ha llevado hasta ahora, no por razones particulares, sino por satisfacer un capricho...
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