Estudiante

En 1910 se inició en el regocijo de la celebración de los 100 años del comienzo de la guerra de indepen- dencia y se preparaban festejos y conmemoraciones, pero simultáneamente se trabajaba en laconclusión de proyectos que anunciaban un alto simbólico en la construcción del país y el establecimiento de un balance de logros y de una planeación del futuro. En el panorama general de la medicina yla asisten- cia médica reinaba un sano optimismo, pues, a pe- sar de las grandes limitantes económicas que habían caracterizado las décadas anteriores, los obstáculos se iban venciendo uno a uno y seiba materializando el sueño de dotar al país de un sistema médico pro- visto de una red de buenos hospitales, de institutos de investigación y de escuelas de medicina con en- señanza actualizada y, ala vez, enfocada en las ne- cesidades concretas del país y sus pobladores. Así, 1910 es un hito que originalmente se pensó como de balance y continuación de empeños, aun- que la historia se encargó deseñalarlo como el año
de apertura de un periodo convulsivo que conduci- ría a una redefinición del país y al desarrollo de nue- vos proyectos y de rescate y continuación de otros, estos últimos yainsertos en otra realidad y provistos de un nuevo sentido. El año de 1910 no significa nada por sí mismo. En su momento fue la culminación de hechos e intentos que tuvieron lugar en los años previos.Para la posteridad, es el simbólico germen de la renova- ción. Balance y proyectos. Tradición y renovación. ¿Cómo se puede sintetizar esto en la medicina de aquel momento?1
La tradiciónmédico-quirúrgica
México contaba ya al empezar el siglo XX con una sólida tradición clínica y quirúrgica que se consoli- dó y rindió mayores frutos en la primera década del siglo. Los nombres de Manuel Carpio yMiguel Ji- ménez son ampliamente conocidos y evocados como los de los creadores de una escuela mexicana de me- dicina clínica, mientras que los de Miguel Muñoz, Francisco Montes de Oca y Rafael Lavista...