Estudiante

Lo más penoso y difícil fue al día siguiente, cuando apremiaba el entierro de las personas muertas. Número estimado en 800, se dice que pasaron de mil, y extraoficialmente fueron muchos miles, peroello nunca podrá ser confirmado, para ello se hicieron fosas comunes porque no había ataudes suficientes. Se consiguió un trascavo con Luis Jaime Salgado, cuyo operador se encargó de abrir zanjas, secompraron todos los trozos disponibles de tela gruesa en los que fueron envueltos los cadáveres para darles sepultura digna, dentro de las condiciones posibles.
Los cadáveres por el calor delsiguiente día, comenzaban a descomponerse y nos enfrentamos al problema de la falta de carros para llevarlos al panteón. Nos dio ayuda la flotilla de vehículos de la campaña contra la garrapata y los camionesde la Alianza de muelle, así como varios empresarios y el trabajo hubo que apresurarse pues ya se dejaba sentir el olor a cuerpos descompuestos.
Terminamos la jornada de sepultar los cadáveres a las4 de la mañana del día 2 de octubre. Tuvimos para esta acción humanitaria en el panteón la colaboración de mucha gente que ayudaba en lo que era necesario.
Allí hubo de todo, amenazas de muerte parael Lic. Mendoza Arámburo, contra mí y nuestras familias pues se nos culpaba de la rotura de un bordo construido 30 años atrás, con especificaciones, no para contener el volumen de agua como el que seregistró en esa fecha.
Fue notable desde el principio la ayuda solidaria de todo el pueblo en apoyo de las familias que perdieron sus hogares, a ellos se les buscaba un espacio para que pudierandormir o bien se les llevó a los albergues, donde el Ejército les proporcionó comida caliente.
En esta tarea de rescate y auxilio se tuvo la colaboración de todos los cuerpos policiacos, de losestudiantes, maestros y en general de toda la gente que participó no sólo en estos momentos de tragedia, sino posteriormente hasta que se terminó la reconstrucción material de la ciudad, porque el impacto...