Estudio
Este enfrentamiento entre escuelas ha perdido valor con el tiempo. Algunas escuelas añaden un modelo marxista, el principal punto de este arcercamiento al marxismo ortodoxo se concentra en la "producción de significado". Este modelo asume una producción cultural masiva e identifica el poder como algo residente en esos artefactos culturales. Desde unpunto de vista marxista, quienes controlan los significados de producción controlan una cultura.Hay otras corrientes, como los estudios culturales feministas que critican la idea sencilla de un significado dominante, compartido por todos, para cualquier contenido cultural. Los no marxistas sugieren que hay diferentes formas de consumo cultural (artefactos).
Otro punto importante de la críticahabla de un consumidor pasivo. Algunos desafían esta idea, porque las personas leen, reciben e interpretan los textos culturales. Así, un consumidor puede apropiarse, rechazar, o retar el significado de un producto. En el contexto de los estudios culturales, la idea de texto no sólo incluye el lenguaje escrito, sino también películas, fotografía o moda: los textos en los estudios culturales abarcantodos los artefactos de la cultura, del mismo modo, la disciplina amplía el concepto de cultura. Cultura incluye las artes tradicionales y las artes populares, pero también los significados y prácticas cotidianas. Las dos últimas son, de hecho, el principal objeto de análisis de los estudios culturales.
El enfoque adoptado por Paul du Gay[7] introduce el concepto de "circuito de la cultura".Según este modelo, en la producción de un artefacto cultural se dan diversos momentos estrechamente interrelacionados. Sin duda, en un proyecto semejante la política es de tipo “académico”, se trata de la política dentro de la universidad y, más allá de ella, en la vida intelectual en general o en el ámbito de los intelectuales. Sin embargo, en una época en la que la derecha ha empezado adesarrollar su propia política cultural, que tiene como eje la reconquista de las instituciones académicas y, en particular, los fundamentos de las universidades mismas; no parece adecuado continuar pensando en la política académica y la política de los intelectuales como una cuestión exclusivamente “académica”. En cualquier caso, la derecha parece haber comprendido que el proyecto y el eslogan de los“Estudios Culturales” (más allá de lo que esto signifique) constituyen un objetivo fundamental de su campaña y virtualmente un sinónimo de “lo políticamente correcto” (que en este contexto puede identificarse como la política cultural de ciertos “movimientos sociales nuevos” como el antirracismo, el antisexismo, la antihomofobia, etc.). En este caso los Estudios Culturales deben interpretarse como laexpresión de una alianza proyectada entre diversos grupos sociales, no resulta tan importante una formulación rigurosa –en tanto empresa intelectual o pedagógica como lo sienten sus asociados, quienes intentan recomenzar la sectaria guerra de izquierda por la correcta interpretación de la línea partidaria de los Estudios Culturales: lo importante no es la línea partidaria sino la posibilidad de...
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