Eternidad. (Ensayo)

Jamás olvidaré la noche en la que eché a volar el avión de mi inocencia. La oscuridad en que aprendí a quitar con piel el frío. Aquella vez en que el invierno era tan gélido que hasta mi soledad se congeló.

No había pudor, ropa, pena, bóxers, pantimedias o alguna otra cosa que, en ese momento, me resultara ambigua e incómoda.

observé con detalle cada centímetro de su blanco cuerpo, la Lunanos había bendecido con su brillo. De pronto me perdí en ese color sepia de sus ojos, sepia que tiene el desierto, donde el elefante recorre cada matorral con sabiduría, como yo recorría su piel con tentación.

Nuestros jadeos asemejaban a los de un perro. Los pequeños y placenteros quejidos a los de un niño con malestar estomacal. Y el placer… el placer era tan bello y extraño como ver a unOVNI atravesar una aurora boreal.
Aquella noche hice de mi casa una iglesia de pasión y un hotel de lujuria.

El vaivén de nuestras caderas provocó llegar al orgasmo, que se liberó como un Jaguar se libera de su encierro en el zoológico.
De ahora en adelante siempre llevaré el fantasma de su ser conmigo.

Ese par de horas fueron fugaces pero con un destello de eternidad.

-BryanRomanóv.
21-Mayo-2014.

Jamás olvidaré la noche en la que eché a volar el avión de mi inocencia. La oscuridad en que aprendí a quitar con piel el frío. Aquella vez en que el invierno era tan gélido que hasta mi soledad se congeló.

No había pudor, ropa, pena, bóxers, pantimedias o alguna otra cosa que, en ese momento, me resultara ambigua e incómoda.

observé con detalle cada centímetro de sublanco cuerpo, la Luna nos había bendecido con su brillo. De pronto me perdí en ese color sepia de sus ojos, sepia que tiene el desierto, donde el elefante recorre cada matorral con sabiduría, como yo recorría su piel con tentación.

Nuestros jadeos asemejaban a los de un perro. Los pequeños y placenteros quejidos a los de un niño con malestar estomacal. Y el placer… el placer era tan bello yextraño como ver a un OVNI atravesar una aurora boreal.
Aquella noche hice de mi casa una iglesia de pasión y un hotel de lujuria.

El vaivén de nuestras caderas provocó llegar al orgasmo, que se liberó como un Jaguar se libera de su encierro en el zoológico.
De ahora en adelante siempre llevaré el fantasma de su ser conmigo.

Ese par de horas fueron fugaces pero con un destello deeternidad.

-Bryan Romanóv.
21-Mayo-2014.

Jamás olvidaré la noche en la que eché a volar el avión de mi inocencia. La oscuridad en que aprendí a quitar con piel el frío. Aquella vez en que el invierno era tan gélido que hasta mi soledad se congeló.

No había pudor, ropa, pena, bóxers, pantimedias o alguna otra cosa que, en ese momento, me resultara ambigua e incómoda.

observé con detalle cadacentímetro de su blanco cuerpo, la Luna nos había bendecido con su brillo. De pronto me perdí en ese color sepia de sus ojos, sepia que tiene el desierto, donde el elefante recorre cada matorral con sabiduría, como yo recorría su piel con tentación.

Nuestros jadeos asemejaban a los de un perro. Los pequeños y placenteros quejidos a los de un niño con malestar estomacal. Y el placer… elplacer era tan bello y extraño como ver a un OVNI atravesar una aurora boreal.
Aquella noche hice de mi casa una iglesia de pasión y un hotel de lujuria.

El vaivén de nuestras caderas provocó llegar al orgasmo, que se liberó como un Jaguar se libera de su encierro en el zoológico.
De ahora en adelante siempre llevaré el fantasma de su ser conmigo.

Ese par de horas fueron fugaces pero con undestello de eternidad.

-Bryan Romanóv.
21-Mayo-2014.
Jamás olvidaré la noche en la que eché a volar el avión de mi inocencia. La oscuridad en que aprendí a quitar con piel el frío. Aquella vez en que el invierno era tan gélido que hasta mi soledad se congeló.

No había pudor, ropa, pena, bóxers, pantimedias o alguna otra cosa que, en ese momento, me resultara ambigua e incómoda....