Etica CREW ZAYN
Es un día normal entre semana, y estoy ocupada con un montón de cosas en la oficina de mi casa: investigar y escribir, hacer llamadastelefónicas, poner una o dos cargas de ropa en la lavadora...
Durante las pausas, uso mi red de correo electrónico para ayudar a una mujer a localizar a un perro que mordió a su hijo hace poco. Corro a ayudar a una vecina mía que es viuda a resolver los problemas que tiene con su computadora. Preparo masa y meto al horno una decena de panquecitos de chocolate para regalárselos a unos vecinossolitarios.
Ninguna de estas acciones me quita mucho tiempo, ni tampoco esfuerzo o dinero. Confieso que, hasta hace poco, no habría podido creer que fuera tan fácil ayudar o alegrarle el día a alguien, pero ahora no me sorprende. La razón es que he alcanzado mi meta de hacer una obra buena al día durante 50 días seguidos. ¿Soy una hermana de la caridad? En absoluto. ¿Hacer una obra buena al día me parecíadifícil? Sin duda.
La mayoría de mis jornadas son agotadoras. Trabajo ocho horas al día, al igual que mi esposo, Ian, y también me ocupo de mi hija, Emily, de 10 años. Cuando no estoy en mi oficina ganándome el sustento como redactora independiente, estoy cocinando, limpiando o pagando cuentas. Llevo a mi hija a la escuela, a su ensayo en un coro y a sus clases de natación. Todos los días ayudo a miesposo, que es cuadrapléjico. Como millones de personas, me falta tiempo y cuido el dinero.
Es una lástima que muchos de nosotros no podamos contribuir a nuestra comunidad o al mundo en general por estar tan ocupados. Durante años yo también creí que costaba mucho tiempo, dinero y esfuerzo hacer algo por los demás, pero todo cambió cuando puse en marcha mi plan de hacer una obra buena cada día.En la primavera de 2006 me sentí inspirada por algunos retos de otras personas, como el Proyecto Julie/Julia, de una joven trabajadora y bloguera llamada Julie Powell que se propuso cocinar en un año las 524 recetas incluidas en un libro de la famosa chef estadounidense Julia Child. El proyecto de esa joven fue llevado luego al cine en la película Julie y Julia. Decidí encarar un reto parecido.
Mihija fue mi principal inspiración. Emily sabía que su papá y yo ayudábamos económicamente a una niña adoptada que vivía en Egipto, donábamos ropa usada y dábamos dinero a las personas que recaudaban fondos de casa en casa para obras benéficas. Sin embargo, quería demostrarle que podíamos hacer más, así que decidí hacer una obra buena al día durante 50 días seguidos.
La primera semana tuve dudas depoder lograrlo. Busqué ideas en Internet. Cuando salía a la calle, trataba de hacer algo bueno para cubrir mi cuota. Un día, en el estacionamiento de un supermercado, quité un par de carritos que alguien había dejado en un lugar para discapacitados. En otra ocasión guié a un hombre ciego por la estación del metro, y él me dio las gracias sonriendo.
A veces me costaba trabajo encontrar maneras deayudar, así que hacía cosas a las que no estaba acostumbrada. Llevé flores de mi jardín a un hogar para ancianos. Recogí basura en un parque público ante las miradas de sorpresa de las familias, y yo sólo deseaba que mi acción les sirviera de ejemplo para hacer lo mismo.
Sin embargo, al cabo de unos días, todo me resultó más fácil. Sentí un poco de culpa por la simpleza de mis acciones. Lasintercalaba con mis otras tareas diarias de una manera que me convenía. Pero, ¿no se trataba de eso justamente? ¿Acaso las obras buenas tienen que ser complicadas? Aunque muchas de las cosas que había hecho eran sencillas —no fundé un orfanato ni salvé de morir a nadie—, sabía que mis granitos de arena estaban ayudando a otros.
Por supuesto, obrar bien tiene sus riesgos. Una tarde, a bordo de un...
Regístrate para leer el documento completo.