Etica-prostitucion
La prostitución no es un delito por ninguna de las partes, prostituta (gigoló) o cliente. Si la relación entre prostituta y cliente es voluntaria, su prohibición perjudica aambos. La criminalización de la prostitución provoca su marginación, la clandestinidad, aumenta su precio, dificulta los controles de calidad (por ejemplo sanitarios), hace posibles abusos de lospolicías y fomenta la existencia y el enriquecimiento de grupos criminales que la controlan en un mercado negro.
La persona que se prostituye puede trabajar por libre de forma autónoma, puede integrarsecomo asalariada en una empresa de servicios sexuales o puede contratar con un especialista la protección y gestión de su actividad. El proxeneta no es un delincuente si su relación con la prostitutaes voluntaria y no violenta. Obligar a otra persona por la fuerza a ejercer la prostitución es un delito, igual que robarle sus ingresos. Igual que un cliente puede seleccionar qué prostituta desea,una prostituta puede negarse a mantener relaciones sexuales sin más explicaciones. La mujer no es necesariamente la parte más débil. Una prostituta no es necesariamente una víctima. Para muchas, laprostitución es sólo un trabajo, una forma de ganar dinero más interesante que otras alternativas menos atractivas.
Las prohibiciones, regulaciones o restricciones estatales a la actividad sexual sonviolaciones de la propiedad privada típicas de autoritarismos conservadores que pretenden imponer por la fuerza su moral arbitraria particular, y dañan a todas las partes que están dispuestas amantener relaciones sexuales libremente consentidas. Algunas leyes son tan arbitrarias y absurdas que prohíben la prostitución pero permiten la pornografía, en la cual no sólo hay sexo a cambio de dinerosino que además se filma y se difunde. No son tan extraños los casos de individuos hipócritas que condenan en público la prostitución pero se sirven de ella en privado.
Basar la prohibición de la...
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