etica y el fiscalista


A pesar de que nuestro Ordenamiento no ha definido ni regulado la profesión de asesor fiscal, ésta puede considerarse una profesión liberal, de las denominadas libres o no sujetas, en la actualidad no titulada y en proceso de formación.
Ante todo porque la profesión es una realidad social y no un instituto jurídico. Además, no existe ni en nuestro Ordenamiento ni en los Ordenamientos denuestro entorno una configuración legal de lo que sea una profesión liberal.
Nuestro legislador no ha definido ni regulado en concreto la profesión de asesor fiscal, pero ello no impide que pueda afirmarse que la misma existe como tal, a pesar de que el ejercicio de su actividad no sea exclusivo de una titulación académica en concreto. El asesor fiscal pertenece a la categoría de los profesionalesliberales porque se dan en él las características que tradicionalmente se han venido atribuyendo a los mismos, como la necesidad de una elevada formación intelectual, la independencia en el ejercicio y su control por la autorregulación, la confianza, que impregna la relación, y la consiguiente confidencialidad y secreto que se imponen al profesional, la función social que el profesional lleva acabo, la onerosidad de sus servicios, la honorabilidad de su persona y, consecuencia de todo ello, la necesidad del respeto de una deontología o ética profesional.
La ausencia de definición legal supone un vacío, perjudicial tanto para los contribuyentes como para la Administración, que ha contribuido a la proliferación de personas poco cualificadas que, sin control, ejercen una función cada díamás demandada, aunque, en ningún caso todavía, legalmente obligatoria7. Será el legislador quien decida cuándo y de qué manera regular esta profesión, pero mientras, los que se dediquen a la misma, tienen la obligación de cumplir unas normas éticas, pues su condición de profesionales les obliga a respetar una deontología. En efecto, al no haber el legislador definido ni regulado esta profesión, es lasociedad, entendiendo por ésta tanto los clientes como los propios miembros de la profesión, quien debe llevar a cabo el control de quién y en qué condiciones ejerce esta actividad. Y es ahí donde la ética juega un importante papel.
Existen unas normas de carácter ético, a cuyo conjunto se denomina deontología profesional, que todo profesional está obligado a respetar. Esta obligación vienedada por la necesidad de conjugar la garantía de independencia y libertad que deben presidir la actuación del profesional con la consideración de la función social que el mismo representa; en definitiva, el profesional está obligado a respetar esa deontología profesional por el mero hecho de serlo. Si se ha señalado que el profesional se caracteriza por la elevada formación intelectual que posee, ysi se ha destacado que la de asesor fiscal es una profesión no regulada y todavía no titulada, debe reconocerse que, al menos desde el punto de vista ético, para ser un profesional liberal y para poder ejercer como tal se necesita una formación continua y una constante actualización de los conocimientos de la materia que se ejerce. En la fiscal, como en todas las materias que son objeto deactividad de un profesional liberal, el asesor debe procurarse una buena formación, formarse y actualizarse constantemente, pues de lo contrario difícilmente podrá desempeñar su trabajo. Y si esto es cierto en campos como la medicina, la arquitectura o la abogacía, más cierto es, si cabe, en el ámbito tributario, en el que no sólo no existe un título administrativo cuya obtención pueda objetivamenteacreditar un cierto nivel de preparación intelectual recibido, sino que además son tan importantes, tanto cualitativa como cuantitativamente, los cambios legislativos. Para facilitar esta formación continua del asesor fiscal, y al no existir un Colegio profesional que vele por estas cuestiones, las distintas asociaciones de profesionales tienen entre sus funciones la formación de sus miembros y para...