Etica
eso de «la buena vida». Y es que querer la buena vida no esun querer cualquiera. Todos estos quereres son por decirlo así simples, se fijan en un solo aspecto de la realidad: no tienen perspectiva de conjunto. La vida, encambio, siempre es complejidady casi siempre complicaciones.
Las manos no sólo sirven para coger sino también para rascarse o para acariciar. Nadie es capaz de dar lo que notiene, ¿verdad?, ni mucho menos nada puede dar más de lo que es.
El dinero, por su parte, sirve para casi todo y sin embargo no puede comprar una verdadera amistad (afuerza de pasta se consigue servilismo, compañía de gorrones o sexo mercenario, pero nada más).
El hacer lo que verdaderamente nos hace bien, no es que queramos lo quenos apetece en el momento si no que debemos querer lo que sabemos que, a la larga, nos hará. En esta vida todo son complicaciones y quien busca las simplicidades nuncallega a ser nada por sí mismo. Cuando estamos obsesionados por las cosas materiales nos perdemos y no nos damos cuenta que lo que de verdad en esta vida nos hace falta es loque las personas nos pueden dar.
Cuando tratamos a una persona con amor, fidelidad, comprensión, todo eso se nos devuelve a través de esa persona. A veces se envidia alas personas porque tienen muchas cosas materiales, pero verdaderamente son las personas que se encuentran bien por dentro a las que tenemos que envidiar, porque son lasque son felices de verdad.
Lo indispensable para darse" la buena vida" es sentirnos bien con nosotros mismos que es de la única manera de que los demás nos vean bien.
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