nos vamos al terreno clásico de las relaciones industriales, como la red de interrelaciones entre empresarios, trabajadores y organismos del gobierno, para nada encontramos en el referencias a laética. Si la teoría se debe ocupar de interpretar y explicar los hechos y prácticas de las relaciones industriales, en esta tarea no entra la reflexión ética. Disciplinas como la economía, la sociología,la psicología o el derecho, son las encargadas de dar razon de los componentes que, a juicio de J. T. Dunlop, conforman un sistema de relaciones industriales, a saber: aetores, contextos e ideología.Esta falta de relación entre el mundo de la ética y el mundo de la empres a responde a lo que en términos teóricos se ha denominado sistema de complementariedad 0 también teoría de Los dos mundos.En surna, a la idea de que existe un vado, imposible de salvar, entre la ética como esfera de lo privado, de lo subjetivo, de la conciencia individual, y la empresa, como esfera objetiva, libre decualquier tipo de valoración y sujeta solo al principio supremo de la ganancia. La empresa no se mueve por criterios morales, sino económicos. Esto es, los negocios vienen regidos por lasrestricciones legales y por la competencia del mercado. La idea de una lógica -unas leyes- propia de las relaciones empresariales, por una parte, y de una ética como expresión de los deberes morales referidos ala vida privada, por otra, ha funcionado tan bien que hasta hace muy poco podamos decir que se trataba de una auto comprensión de la sociedad moderna.
Sin embargo, y una vez más, ha sido la praxis,en este caso que nos ocupa la praxis empresarial, la encargada de poner sobre el tapete la falsedad de estos presupuestos teóricos y, con ello, la importancia de la institucionalización de la éticaen la empresa. Primero en Estados Unidos, luego en Europa y desde hace unos años también en España, las voces a favor de una presencia de la dimensión ética en la empresa no han cesado de crecer....
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