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Cuando los juegos olímpicos de verano dieron inicio en Beijing, China, el 8 de agosto del año 2008,* Jefferson Pérez desfilará portando orgullosamente la bandera de su país natal, Ecuador. Y trece millones de ecuatorianos mirarán con expectativa y orgullo a su insigne campeón. Ganador del oro en la marcha de veinte kilómetros en las olimpiadas de Atlanta 1996, y ganadorabsoluto de esa disciplina en tres campeonatos mundiales, Jefferson es uno de los más grandes exponentes del deporte latinoamericano en el presente.1
Sin embargo, la grandeza de este marchista no se mide por sus títulos y medallas, sino por su historia de lucha y fe. Más allá de la fractura de clavícula que sufriera en el año 1993, y de la hernia de disco que lo limitó tremendamente a partir delaño 1999, y de su retiro temporal de las pistas en el año 2001, su carácter triunfador se revela en el mensaje que con insistencia procura inculcar en sus hermanos ecuatorianos. En el año 2007, al volver con el oro del campeonato mundial de atletismo en Osaka, Japón, dijo al llegar al aeropuerto en Quito: “Quiero expresar mi profundo agradecimiento a Dios por haberme dado la oportunidad de vivir eneste país, por conocer tan de cerca a mi gente y, sobre todo, por la felicidad de poder demostrar, una vez más, que en un país tan pequeño podemos hacer cosas tan grandes”. Luego, instó a sus conciudadanos a que intenten lograr “trece millones de victorias día a día . . . en cualquier actividad”.2
Entre los diez mil quinientos atletas que competirán en veintiocho distintas disciplinas en China,también estará Félix Sánchez. Hijo de padres dominicanos, pero nacido en los Estados Unidos, Félix no se dio por vencido cuando no pasó las eliminatorias de su país natal para competir en el mundial de atletismo de Sevilla, España, en 1999. Tras su aparente fracaso decidió que competiría por la nación de sus padres: República Dominicana.
Convertido ahora en una de las grandes referencias deldeporte latinoamericano en los juegos olímpicos de Beijing, Félix llegará a este concurso con un solo objetivo: Volver a ganar la medalla de oro en los 400 metros con vallas, tal y como lo hizo en los pasados juegos de Atenas 2004. No obstante, los sueños de este gran campeón dominicano van mucho más allá de las pistas: “El año próximo daré inicio formal a mi fundación, para entrenar a niños desde losdoce años, con el propósito de que puedan obtener becas y trasladarse a Estados Unidos a perfeccionarse, a la vez que estudian el inglés”, dijo en una entrevista reciente. 3
Jefferson Pérez y Félix Sánchez son herederos del mismo espíritu que impulsó a otros atletas que los precedieron. Como la joven cubana, Ana Fidelia Quirot, quien después de sufrir un terrible accidente que le produjoquemaduras de segundo y tercer grado en el 38 por ciento de su cuerpo, y de perder no solo la flexibilidad natural de sus extremidades sino también a su bebé, quien nació muerta debido a las quemaduras de su madre, se proclamó dos veces campeona mundial en los 800 metros planos y fue medallista de plata en los juegos de Atlanta 1996.4
Es el mismo espíritu que caracterizó a la gran campeona mexicana AnaGabriela Guevara, cuya vida de esfuerzo y valentía ha sido una inspiración para miles de jóvenes y señoritas hispanos alrededor del mundo. Hermandad, esfuerzo, honestidad y fe: he allí el espíritu de estos atletas latinoamericanos cuyo ejemplo se eleva muy por encima de los avatares del deporte en sí.
El ideal olímpico
Fue el 23 de junio del año 1894 cuando el francés Pierre de Coubertin fundó elComité Olímpico Internacional en una ceremonia celebrada en la Universidad de Sorbona, París. Dos años después se celebrarían las primeras olimpiadas modernas en la ciudad de Atenas, Grecia, con lo que se puso en marcha la mayor tradición deportiva de la era moderna. Uno de sus objetivos, de acuerdo a la Carta Olímpica, es que se practique el deporte en el “espíritu olímpico, el cual requiere...
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