Etica
Libro: Valores para el ejercicio Profesional Autor: Juan Gerardo Garra Treviño (2004)
Precisamente porque el mundo en conjunto no es ético es por lo que hay que preparar ética mente a las personas, precisamente porque el mundo no es como nos gustaría que fuese debemos intentar inculcar ideales de transformación y de reforma en los jóvenes. Si el mundo fuera un lugarperfecto, idílico, donde los seres humanos vivieran fraternalmente y no se aprovecharan unos de otros ni ejercieran violencia en sus relaciones, no habría nada que enseñar y los profesores de ética nos moriríamos de hambre pues bastaría con decir a los niños, a los jóvenes: "Hijo, sal a la calle y haz 10 que veas" , y ya está, eso acabaría con el problema de la ética . Precisamente porque el mundo no esasí es por lo que hay que reflexionar sobre los valores y el tipo de mundo que queremos. Si éste no nos parece bien, ¿cómo queremos que sean las cosas? , y si éstas no van a cambiar de golpe, de un día para otro, ¿no podría ser que al menos yo y las personas frente a las cuales o sobre las cuales tengo alguna influencia, intentáramos cambiar para comenzar a transformar las cosas e~ algo distinto,en algo más libre, en algo más plenamente humano de lo que ahora vemos? Ese es el reto de la ética. Vivimos en un mundo plural, sin ideologías sólidas y potentes, en sociedades abiertas y secularizadas, instaladas en el liberalismo económico y político. El consumo es nuestra forma de vida. Desconfiamos de los grandes ideales porque estamos asistiendo a la extinción y fracaso de la utopía másreciente. Nos sentimos como de vuelta de muchas cosas, pero estamos confusos y desorientados, y nos sacude la urgencia y la obligación de emprender algún proyecto común que dé sentido al presente y oriente el futuro. Hemos conquistado el refugio de la privacidad y unos derechos individuales, pero echamos de menos una vida pública más aceptable y más digna de crédito. La muerte de Dios, de la que tantose habló, ya no preocupa a nadie: la religión es parte de nuestro pasado y se conserva como una presencia literal, al margen del pensamiento y de la vida. En cuanto el sujeto, que también había muerto, ha vuelto a aparecer, pero sin prepotencia, como principio de lo que es más propio e intransferible: el deseo, las emociones, la voluntad, el sentimiento. Quererse a sí mismo y no privarse de nada esel fin inmediato e indiscutible de la existencia.
La verdad o la razón no la tiene nadie, si bien los económicamente poderosos actúan como si la tuvieran y se erigen en modelos del resto del mundo. Las identidades nacionales, políticas, sociales o personales se tambalean, y una de las necesidades más perentorias en estos momentos es la de definirlas y afirmarlas. La libertad es el valorpropiamente dicho, y la certeza de la libertad unida al confort del bienestar, no nos privan de una cierta satisfacción y autocomplacencia. No vivimos de espalda a la ética. Por lo menos la nombramos muy a menudo, especialmente para afear la conducta ajena y legitimar la propia. Pero también porque sabemos que el motor de un posible cambio no puede ser únicamente el bienestar material. y que todos ycada uno de nosotros -y no sólo los Estados o los políticoscompartimos la responsabilidad 2.2 del futuro. Sabemos, además, que ese discurso típico sobre nuestra situación no es, en absoluto, universal. No vale para una buena parte de la humanidad que ni está desarrollada, ni conoce el bienestar del consumo, ni entiende de crisis del sujeto o de la razón. Hay un mundo muy cercano que precisa deideologías fuertes o de revoluciones porque no ha traspasado aún el umbral de la modernidad. Inevitablemente, la ética es etnocéntrica, y no puede dejar de serIo, si pretende partir de lo conocido, de la moral vivida. Pero el etnocentrismo no debería ser un obstáculo para el conocimiento de las insuficiencias del propio pensamiento. No debería obviar el recuerdo de que no somos los únicos ni el...
Regístrate para leer el documento completo.