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Gestión ética y valores en las organizaciones no lucrativas
Por Cristina de la Cruz Ayuso
Es necesario situar a la ética en un lugar razonable para que todos podamos entender cuál es su
valor y por qué es imprescindible su ejercicio. Por esto mismo, conviene empezardiciendo que la
ética, en sí misma, no aporta nunca mucha novedad, y que sigue insistiendo en cuestiones ya
resaltadas hace más de tres mil años. De hecho, no hace más que repetir lo mismo desde
entonces. La ética es tozuda y aburrida. Acoge con paciencia acaloradas llamadas cuando nos
sacuden con fuerza algunos vaivenes en la hoja de ruta social, política y económica de la esfera
pública. Yutiliza su dilatada experiencia para perfilar los contornos de los nuevos problemas que se
plantean en nuestras sociedades. Reconocemos con firmeza la necesidad de la ética: el valor de su
aplicación práctica. Pero allí donde se hace presente, pocas veces escapa a las sospechas que
adelantan su fragilidad y su poca efectividad. No olvidemos tampoco, que pocos estamos
dispuestos a hacer algo ensu nombre si no recibimos nada a cambio. Así que la ética no lo tiene
fácil.
¿Qué pretende quien reclama para si criterios éticos? ¿Qué es lo que quiere? ¿Y por qué los
necesita? Mejor no perder el tiempo con estas cuestiones y dedicarnos a hacer las cosas bien.
Estos son algunos argumentos que escuchamos con frecuencia cuando en un contexto
determinado se convoca a la ética. Y en ciertamanera (solo en cierta manera) no les falta un poco
de razón a quienes los utilizan. Pensémoslo por un momento poniendo la sospecha en primera
persona: ¿no resulta desconcertante que se espere que la ética aporte criterios para la gestión y la
dirección de las organizaciones no lucrativas? ¿Qué tipo de criterios, además? ¿Criterios para ser
responsables? ¿Criterios para ser buenos, o justos, osolidarios? ¿Criterios para promover la
igualdad o la participación en nuestras organizaciones?
La ética también es ingrata: trae malas noticias. No se ocupa de eso. Su tarea no consiste en
enseñar cómo ser buenos o responsables, o justos, o solidarios. La tarea de la ética consiste tan
solo en explicar por qué debemos serlo. Por eso, si lo que esperamos es integrarla en los distintos
niveles deorganización de las entidades del Tercer Sector, el mayor valor que podemos obtener de
ella es partir en la práctica precisamente de aquello mismo que quiere promover.
Y sin embargo.... no deja de resultar desconcertante la insistencia a incorporar criterios éticos en la
gestión y la dirección de las organizaciones no lucrativas. Merece la pena ahondar brevemente en
algunas razones quepudieran estar detrás de esa demanda para tratar de evitar los peligros y
limitaciones que puede traer consigo radicalizar alguna de ellas:
1. Diferenciación: la geografía de lo social, ocupada mayoritariamente por organizaciones no
lucrativas, asiste a la imparable irrupción de iniciativas mercantiles en ese escenario y a una
aceleración muy significativa de sus reglas de juego que agudiza lasensación de tener que
estar alerta y con la lengua fuera a cada rato.
Una carrera que nos pilla con el pie cambiado; que nos obliga a sumarnos a una dinámica
de aceleración que no tiene fin. Lo importante, por si acaso, es no dejar de hacer. Sin perder
el compás además: con calidad, eficacia, efectividad. Y con un afán por la “innovación” que
muchas veces acaba por desvirtuar los objetivos queésta debe tener. El ámbito de lo social,
cada vez más mercantilizado y competitivo, nos obliga a tener que “sacar del armario”
nuestros principales activos. De ahí la demanda de creación de herramientas que les

permitan a las organizaciones no lucrativas poner en valor esos rasgos que asumen
naturalmente como propios. La ética, sometida por la tiranía de la ingeniería del
management, acaba...