Etica

VARIOS AUTORES, Casos prácticos de ética judicial, México, Suprema
Corte de Justicia de la Nación, 2011, 361 pp.
Uno de los errores que nos heredó el viejo y caduco modelo de enseñanza del derecho en el cual fuimos formados muchas generaciones de
abogados, fue el hecho de haber insistido en la radical diferenciación
entre el derecho y la moral a partir de una de sus notas más distintivas:
suexterioridad e interioridad. Mientras a la moral se le reclamaba la rectitud de intención y propósitos, al derecho se le exigía limitarse a prescribir la ejecución de los actos externamente, sin tomar en cuenta la
subjetividad o intencionalidad del agente.
Sin embargo, dicho criterio de diferenciación repetido tantas veces no
fue siquiera suscrito por uno de los más importantes representantesdel
positivismo jurídico del siglo XX como fue el profesor Hans Kelsen,
quien en su celebré obra, La teoría pura del derecho, afirmaría lo siguiente: “Tampoco es correcta la tesis frecuentemente sostenida de que
el derecho prescribe una conducta externa, mientras que la moral lo haría con la interna”.1 Kelsen tenía claro que al hombre que desease cultivarse en las virtudes de nada le serviríamantenerse en la impavidez,
igual que pensaba que al derecho no le bastaba circunscribirse únicamente con la conducta realizada exteriormente, sino que también le
preocupaba la intención que lleva al agente a realizarla. Esta es la misma idea que se recoge en el libro de Introducción al estudio del derecho
del profesor Eduardo García Máynez cuando señala: “Una moral que solamente mandase pensarbien resultaría estéril. El moralista examina de
manera preferente la pureza de nuestras miras, más no desdeña las
manifestaciones externas de la voluntad. Por ello exige que las buenas
intenciones trasciendan a la práctica. De lo contrario únicamente servirán «para empedrar el camino del infierno»”.2
Como se puede ver, los mandatos de la ética o moral no son, ni nunca han sido, presupuestospuramente teóricos que se agoten en la sim-

1 Hans Kelsen, Teoría pura del derecho, 8a. ed., México, Porrúa, 1995, p. 72.
2 García Máynez, Eduardo, Introducción al estudio del derecho, 50a. ed., México, Po-

rrúa, 1990, p. 20.
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RECOMENDACIONES BIBLIOGRÁFICAS
ple interiorización de la persona, exigen su imperiosa realización práctica, esto es, su referencia exterior.
Vale estareflexión previa para mostrar los equívocos en los que muchos críticos de la ética judicial incurren, esto es, pensar que ésta y los
códigos de ética que en ella se dan, poco, o casi nada pueden aportar a
los verdaderos y reales problemas prácticos con los que suele enfrentarse el juzgador en su cotidiana labor. Nada más distante del objetivo de
la ética judicial y de sus respectivos códigos, loscuales, en innumerables ocasiones insisten reiteradamente en servir de referencia a los juzgadores para disipar los dilemas morales a los que se enfrentan todos
los días. Una muestra de que estos documentos no son, como sus críticos también señala, sólo una nómina de «sanos principios» o «buenas
intenciones», son las referencias que el propio Código de Ética del Poder Judicial de la Federaciónestablece en la fracción V de su Presentación, al señalar: “Este documento se formula con el propósito de ayudar
a los juzgadores a resolver los conflictos éticos que con motivo de su
trabajo se les presentan”. Igualmente, en la parte denominada Nociones
previas, específicamente cuando trata de la finalidad del Código, taxativamente establece: “3. Finalidad. En el Código se recogen los principios,reglas y virtudes judiciales, que se consideran idóneos para constituir un
referente deontológico, que pueda no sólo guiar la conducta de los
juzgadores federales y sus auxiliares, sino facilitar la reflexión ética
sobre los diversos aspectos de la función que desempeñan…”.
No cabe duda entonces que si la ética judicial es algo, es precisamente la de ser una ética aplicada, preocupada por...