etiica

Unidad 8
Conclusiones.

57.---Es una sensación de incolumidad privilegiada y una satisfacción indefinible pertenecer a un claustro universitario, cuando la colmena humana está rebosante de nobles actividades e inquietudes; pero es un penosísimo deber confesar la increíble orfandad espiritual de los alumnos por la casi total carencia de cultura. ¡No es eso lo peor!
Entre los profesionistas decierto renombre, y aún entre los mismos titulares de las cátedras universitarias han bajado tanto los niveles de la cultura, que no nos sorprenderían, si sobrevivieran, ciertas catástrofes inminentes.
Ya se ha comprobado y proclamado en todos los tonos que el profesionista es el gran ausente de nuestra civilización y el tránsfuga de todas las responsabilidades sociales; tanto más censurablecuanto que él es, en casi todos los casos, el protagonista y el autor del nuevo orden que columbramos. Sobre todo, los titulados en carreras tecnológicas viven tan alejados de las actividades culturales, tan oprimidos por preocupaciones temporales, y tan ayunos de perspectivas espirituales, que si les tocara actuar en un Parlamento, serían como Newton: que sólo una vez hizo uso de su palabra, y fiépara rogar al conserje que cerrara la ventana.
Para conjurar ese peligro de la tecnología bastaría realizar en nuestras universidades el voto augural de Marañòn en su discurso del Centenario de la Universidad de Salamanca: de que la ciencia experimental sea superada por la ciencia del espíritu. (Marañòn, en “Efemérides y Comentarios,”).
El deber de la capacitación técnica no tiene paragòn con eldeber antonomásticamente universitario: la cultura.

58.---Es, pues, la cultura una permanente maduración espiritual, orgánica y progresiva; que necesita el concurso de las Humanidades y de las ciencias experimentales, como orientación inicial de una evolución intima que sólo termina con la existencia.
Las humanidades son como la propedéutica de la cultura.
La filosofía nos crea el gusto y lanecesidad de la verdad, belleza y perfección. Las letras nos ponen en posesión de los elementos formales de esa trilogía.
Y como no queremos trabarnos en un panegírico de las Humanidades, queremos sólo advertir al lector, los peligros de una formación mutilada y deficiente en estas materias: el peligro de la unilateralidad de la cultura; el peligro de la pedantería, y del resentimiento.

A)Unilateralidad. No puede ser nuestra intención recorrer y analizar todos los peligros de desviaciones, astigmatismos y espías intelectuales que retardan o alteran el proceso cultural. Pero si queremos mencionar una especie de Daltonismo o ceguera cromática producida en la inteligencia por la unilateralidad de la cultura. Y lo hacemos en obsequio de nuestra cultura norteña, particularmente deMonterrey, que siente el impacto directo de la mentalidad estadounidense.
La Cultura Occidental, o cultura a secas, ha tenido siempre como característica la universidad; no la cuantitativa (por la cantidad de los conocimientos), sino la cualitativa (por la unidad total de los conocimientos en la síntesis de la verdad, la bondad y la belleza dentro de la realidad y la claridad).
Esto es la latinitas quenos legó el genio de Grecia y
Roma; y ese sagrado patrimonio se ha mantenido incólume, en gran parte, por la vigencia de esa Latinidad en nuestras lenguas romances y en el cariñoso culto del latín y el griego, principalmente en las universidades.
Mientras que la generosidad estadounidense desborda ríos de publicaciones y de facilidades culturales “en inglés,” se puede reducir inconscientementeel perímetro y el sentido universal y latino de la cultura.
No afirmamos que en U.S.A. no haya cultura. En sus viejas universidades hay un renovado afán e interés no sólo por las lenguas tradicionalmente humanísticas, sino por los valores eternos de la verdadera cultura.
Decimos solamente dos cosas: la primera, que la tendencia general no es favorable para ninguna lengua que no sea el inglés....