etilvanna

*Etilvanna*

Con el estrepitoso alivio de una comezón espontánea, originada en la parte interior del hombro, y, muy probablemente a raíz de la ausencia del estético ritual de afeitar, Valentina ha vuelto en sí. Se dispone rescatar su mirada, y para ello una mueca por definición: sobreactuada, como si imitase ambas máscaras representativas de la comedia y el drama a la vez. Lucha mediante uninútil esfuerzo para devolver la humedad a su boca, juntando esos áridos labios una y otra vez, pero desiste con evidente desilusión. Al lado suyo, nadie… izquierda, nadie… parece que se hubiese perdido en el sopor propio de media tarde, ni idea, qué más da… Haciéndole honores a sus muy tristes huesos, refunfuñando se pone de pie con dificultad. Inmediatamente al hacerlo experimenta un nauseabundovértigo, para ella normal.

Como tanteando el aire, aún aturdida, inicia lento su peregrinaje. Se ha jaloneado unos cabellos y con aires filosofales rascándose el área del cerebelo, mirada al suelo se detiene a pensar: “Mierda, que putas hago? Que dolor de cabeza! Y yo sin guaro, tengo sed. Vale verga, (aspirando profundamente con la lengua en el paladar) que me duele el culo, a saber si me fuide vergazo, esta pata que tampoco la aguanto, puta qué calor!” y en esta vorágine de pensamientos que de aristotélicos ni fétidos, retoma impaciente su andar. En perspectiva, había, casi arrastrado su pierna derecha los pocos metros que avanzó, como quien sobrelleva un chicuelo aferrado a ella pero que no detiene la marcha por divertirle la ocasión. Para Valentina en cambio esto no es ningún juego,simplemente, normal.

No siempre fue así, que conste, Valentina distinguióse entre las demás, pues durante la primavera de sus días, hoy nefastos, ha ostentando cargos nobles de carnaval. Oh si, días aquellos, de ensueño, risibles hoy y no más. Pues resulta que entre la concurrencia de un renombrado festival de éstos, un caballero de misterio, un tal Macario… parece que de apellido Hugal, peroesto hace ya tanto tiempo que, la evidencia: meramente circunstancial. Sin embargo, continuemos y que Valentina: Angelical, disfrutar de lanzar besos, en su elegante carroza municipal. Combinan sus lindos ropajes con la postura de su eminencia Real, de etiqueta sus movimientos féminos, sutiles, pero con fuerza marítima triunfal.

“Buenos días, Muchas gracias” beso aquí, beso allá, unos pasoshacia el frente, hacia un lado y hacia atrás, ademanes agraciados, reverencia medieval, un desfile transcurriendo, Agostino, sin dudar. El fulgor, muy memorable, el ambiente, remarcable, y la muchedumbre compuesta por vasta carga de personajes, entre curiosos, ignorantes, conservadores, protestantes, y por supuesto sin faltar los salvatruchos abundantes que con su presencia agregan al exquisitoplatillo la pizca faltante de sal: presente en ellos el diluyente predilecto de la sangre, cuya ingesta es impuesta ante al bien y ante el mal. Navegando las principales capitalinas, llegóse al destino final, y de esta forma Valentina pisa tierra con su delicadeza habitual. Piel tan fresca como el rocío y blanquecina cual porcelana, de más está decirlo que con sus lagunas de negros soles, opacacualquier luminosidad. Sus labios muy pequeñitos, de tímido aspecto… normal, y sus largos rizados cabellos otorgan a esta escena su pincelada final.
Don Macario, de supuesto origen Nicaragüense, se obstinó en desposar de primera vista a Valentina, quien, con ingenuidad propia de sus 16 años más la ceguera maternal de avaricia, puesto que se rumoraba su condición de acaudalado, después de algunosmeses de cortejo decidió concretar. Seguido de una muy popular contracción de Nupcias que involucró varios habitantes de San Salvador, después de su respectiva fiesta, la pareja se retiró. No hay necesidad de describirlo, bien saben ustedes lo que en intimidad sucedió. Con el pasar de los días Valentina realizó, que este señor don Macario, a ella y a su madre engañó. Con documentos falsos de...