etnografía rarámuri

Esta práctica de campo se llevó a cabo en escasos veinte días: del 10 al 29 de junio. Por esta razón me atrevo a excusar la poca profundidad en que los datos proporcionados se presentan en este reporte etnográfico. Además, al llegar a la comunidad mi compañero y yo tuvimos la fortuna de encontrarnos con la amabilidad de las personas encargadas del albergue de la escuela primaria de la comunidady que es dirigido por la CDI, quienes nos brindaron hospedaje y alimentos cuando lo requerimos. Este albergue da hospedaje, tres comidas al día y un lugar estratégico junto a la primaria de lunes a viernes a 80 niños, aunque tiene capacidad para dos veintenas más.
Sin embargo, un par de noches mi informante clave nos brindó hospedaje en su hogar. Esta experiencia permitió darnos cuenta de quedentro del albergue las condiciones y los aspectos que se pueden observar para un trabajo etnográfico, son muy diferentes a los de los hogares rarámuris.
Para muchos de los pequeños hoy internos del albergue, estos años de educación primaria seguramente serán los más favorables por lo menos en lo que se refiere a nutrición y educación. Es sencillo adentrarse en la comunidad del ejido de SanIgnacio de Arareko y observar a los niños que no asisten a la escuela. Muchos trabajando alcoholizados e incluso consumiendo otras sustancias como marihuana o solventes.
Por otro lado, los que asisten a la escuela, hasta donde pude observar, han recibido una aculturación occidental muy significativa; tanto que para muchos la iglesia ya no es un sitio al que deben acudir los domingos como hacen losadultos de la comunidad, ni tampoco tuvieron presencia en las fiestas del día de San Juan (fecha en la que tuvimos oportunidad de participar).
Consciente de la reflexividad de la que habla Pierre Bordieu (2002), en la medida de lo posible traté de compartir mi propia experiencia que incluía a los participantes, o más bien yo siendo uno más de los participantes de lo que en campo aconteció, paralograr disminuir la distancia y tratar de interpretar la experiencia del otro.
Así pues, como Ferrandiz definiría el concepto de etnografía como “una práctica ecléctica y reflexiva, donde el principal instrumento de investigación es el investigador mismo”, es así que cuando me encontré con dificultades para comprender lo que sucedía, tenía la necesidad de experimentar con el otro. Por ejemplo, alllegar a la comunidad y preguntar por el horario de la celebración católica del domingo, la gente decía que entre las once y las tres de la tarde, no comprendí. Fue hasta que tuve la oportunidad de caminar con la gente para llegar a la iglesia, que asimilé que las largas distancias que recorren los rarámuris, hacen imposible concebir el tiempo como estoy acostumbrado.
En cuanto al planteamientoque propuse para la investigación, a falta de tiempo para ordenar mis apuntes de campo, así como para una reflexión profunda de la estancia, describiré a base de ejemplos generalizando cómo es que se dan las relaciones de poder entre los rarámuri del Ejido de San Ignacio de Arareko.
Sin embargo, gracias a las ecperiencias que posteriormente voy a describir, es cuestión de tiempo para lareflexión, de poner frente a frente la experiencia y la teoría para sacar mejor provecho del trabajo realizado. Michel Foucault, no considera el poder como algo que el individuo cede al soberano (concepción contractual jurídico-política), sino que es una relación de fuerzas, una situación estratégica en una sociedad determinada. En este sentido, me planteo como objetivo explorar la forma en que estas“relaciones estratégicas” son llevadas a cabo en las prácticas cotidianas de los rarámuris.
Marc Abélès nos habla de los procesos que implica el ejercicio del poder, el cual responde a la combinación de tres tipos de intereses:
[…] el interés por el poder, el modo de acceder a él y de ejercerlo; el interés por el territorio, las identidades que se afirman en él, los espacios que se...