Eutanacia
Si hay un rol que resulta trascendente en el caso bajo análisis es el del médico, quien al ser el asistente del enfermo en el paso de la vida a la muerte, se ve muchas veces en el dilema de continuar o no un tratamiento que resulta a todas luces fútil. El término “futilidad”, que deriva del latín futilis, que significa vano o inútil, designa untratamiento del que, razonablemente, no puede esperarse que alcance sus objetivos fisiológicos. En efecto, se trata aquí de tratamientos que no ofrecen esperanza razonable de beneficio al enfermo, sino que suponen una carga para el mismo, y su entorno, retrasando la muerte inevitable y prolongando una vana agonía.
En efecto, en estos casos hay diferentes cuestiones por analizar:
Existe unaobligación del médico de buscar el bien del paciente.
Sin embargo es importante marcar a qué se alude con “bien del paciente”. Esto es lo que trataré de dilucidar en los próximos renglones.
El deber del médico es acompañar a su paciente hasta las últimas consecuencias, independientemente de que sus objetivos, en un primer momento, se dirijan a curar o mantener la vida y, luego, una vez reconocida lafutilidad de los tratamientos, a maximizar el confort en el propio enfermo e incluso en sus allegados. Aquí el médico juega un rol de acompañante y hasta puede cumplir, muchas veces, la función de una suerte de “placebo”, dado que su sola presencia ayudará al enfermo en su tránsito a la muerte, quien se sentirá apoyado y acompañado. Su función como se ha dicho muchas veces es curar algunas veces,aliviar con frecuencia y confortar siempre. Se ha dicho que “no todo lo que se puede hacer en medicina se debe hacer” [xii] Así, su responsabilidad no atañe sólo al vivir sino también al morir. La lucha del médico contra la muerte debe reconocer un límite. No es necesario que se llene de soberbia y se empecine en prolongar algo que, virtualmente, ha terminado. La medicina no puede aspirar a hacerinmortal al hombre, quien tiene derecho a morir dignamente y de la mejor manera posible.
El médico, a la hora de decidir prolongar la continuidad de una vida en estas circunstancias, debe considerar que el tratamiento a llevar a cabo para esa sobrevivencia no se haga en condiciones infrahumanas. En este sentido, hay muchos casos en que el médico puede lograr que el paciente sobrevivamilagrosamente y se mantenga en estado vegetativo o similar. Ésto, si bien puede ser admirable desde el punto de vista estrictamente científico, es dudoso que merezca el mismo calificativo desde otros puntos de vista. En efecto, en casos como el de Karen Quinlan, se puede observar un encarnizamiento terapéutico, que transforma quizás inintencional-mente, a la persona en un medio para el avance de la medicina,y no en un fin en sí mismo como debe serlo. Me pregunto, ¿se puede sostener que Karen Quinlan en el estado que se la mantuvo con vida durante nueve largos años pudo o no ser ella misma? Creo que la respuesta es innecesaria. Es más, podría, sin temor a equivocarme, afirmar que en casos como éste el actuar médico vulnera el principio de no maleficencia.
En conclusión, debemos afirmar que el papelde los médicos de buscar el bien de su paciente debe entenderse dentro de un marco de dignidad y decoro en la continuidad de la vida del enfermo y no simplemente en la prolongación de una vida vacía de contenido, y por el simple hecho de desafiar lo inevitable. Creo que el médico en ciertos momentos, en lugar de jugar a ser Dios, debe ceder con humildad y grandeza ante otro colega, la muerte, quienalivia todo sufrimiento y, quizás, hace entrar en la felicidad eterna.
El temor a una demanda judicial.
Un aspecto que hace que los médicos no renuncien nunca en la lucha contra lo inevitable es el temor de verse sometidos ante una demanda judicial por mala praxis. Dicho temor es real, ya que no existen en nuestro país normas que avalen la actitud contraria del profesional en estos casos. Al...
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