Eutanasia (Caso Schiavo)
Ése es el estado en que se encontraba Teresa Maria Schiavo, la joven mujer estadounidense cuya prolongada agonía —un EVP que duró ¡quince años!— capturó recientemente laatención de los medios en todo el mundo. Es fácil que dicho estado cree la ilusión de que hay conciencia, así sea superficial o intermitente. En el caso de la joven señora Schiavo, desató una enconadadisputa, de tonalidad a veces vulgar y sórdida, entre miembros de su propia familia. Sus padres deseaban seguir alimentándola por sonda; su marido, supuestamente sabedor de lo que ella "habríaquerido", optaba por que se le retirara definitivamente el tubo gástrico.
El debate alcanzó proporciones inauditas. Al nivel nacional, grupos reaccionarios o conservadores de la llamada "derecha religiosa"movilizaron sus nada despreciables influencias, haciendo causa común con los padres de la paciente. Un tribunal estatal ya había dictaminado que la alimentación por sonda debía suspenderse, cuandopoderosos intereses políticos entraron en juego. La Cámara de Representantes del Congreso Federal y el Presidente de la República confeccionaron y aprobaron, a toda prisa, una nueva ley que autorizaba alos padres de María Teresa Schiavo a entablar juicio en un tribunal federal, con el fin de reinsertar el tubo y mantener viva a la desventurada joven.
Los medios de difusión liberales protestarondiciendo que la nueva ley afrentaba un principio jurídico fundamental, a saber: que Estados Unidos debe ser "una nación de leyes, y no de hombres". En efecto, el mandato autorizaba a "cualquier progenitorde María Teresa Schiavo", a emprender acción legal en un tribunal federal. Tan restringido lenguaje fue considerado una ofensa al orden jurídico en una democracia. Jamás debió promulgarse una leycuyo objeto era proteger los derechos de una sola familia. La Casa Blanca se apresuró a declarar que tal ley no crearía precedente. Pero sus críticos sostuvieron, con razón, que entonces sólo las...
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