eutanasia en colombia

Desde que la Corte Constitucional despenalizó el homicidio por piedad en mayo de 1997, Colombia aparece referenciado en todo el mundo como un país de avanzada en materia de eutanasia.

Paradójicamente, sin embargo, desde entonces no ha sido posible dar ni un paso más adelante en este tema, sin que la discusión se polarice. Para la muestra están los fallidos intentos por reglamentar estapráctica, por la vía legislativa.

Pese a todo, cuando se presentan coyunturas como la de Brittany Maynard, la estadounidense que el primero de noviembre recurrió al suicidio asistido en Oregon (EE. UU.) para ponerle fin, de manera voluntaria, al sufrimiento generado por un cáncer terminal de cerebro, surgen voces que piden avances en este tema en Colombia. (Lea también: 'Médicos en Colombia evaden laeutanasia por represalias legales').

Una de ellas es la del senador Armando Benedetti. Aun cuando el Congreso no ha avalado los intentos por reglamentar la eutanasia, considera que la sociedad ahora está más informada que antes sobre este asunto. Esa es una de las razones por las cuales esta semana volvió a radicar un proyecto en ese sentido, en el Senado de la República. (Lea también:'Doscientas personas nos consultan al año por este tema').

“En honor a la verdad, creo que siempre ha habido buen ambiente para reglamentar –dice Benedetti–. De hecho, la mayoría de mis colegas en el Congreso están de acuerdo con el texto, pero les tienen pánico a los obispos y a los curas que los atacan y descalifican. La oposición, que quede claro, siempre ha sido religiosa, aunque a veces estaesgrima argumentos constitucionales falsos”.

En parte, esa postura contraria se refleja en discursos como el de Pablo Arango, profesor de bioética de la Universidad de la Sabana. (Lea también: 'Leticia pudo haber sufrido menos, pero primero rechazamos eutanasia').

Sin titubeos se opone a insistir en un trámite legislativo, “porque esa –señala– es una forma de reglamentar el asesinato que, enesencia, es la eutanasia. Lo que debe hacerse es educar a la gente para que se respete la vida como el derecho supremo que es, y también a los enfermos, que nunca pierden su dignidad”.

Arango no es el único que se opone a avanzar en la reglamentación, aunque por las razones contrarias. El médico Gustavo Quintana, quien asegura haber practicado cerca de 200 eutanasias en Colombia y en el exterior porexpresa solicitud de pacientes en estado terminal, aclara que esta clase de procedimientos se llevan a cabo en Colombia desde hace tiempo, y que aumentaron a partir de la sentencia de 1997. “Llevar de nuevo la discusión al Congreso, con miras a regular esta práctica, pondría en riesgo el derecho que tienen las personas de acceder a ella, como hasta ahora, y el de los médicos a asistirlas. Poresta vía le impondrían toda clase de restricciones y reparos”, advierte.

‘No puede restringirse’
Ana María de Brigard, especialista en derecho médico, aclara que cualquier ley que en esta materia se apruebe en el Congreso, no puede desviarse del camino señalado por la sentencia de la Corte, que es de constitucionalidad. “En ese orden de ideas –dice–, sus efectos son generales y de obligatoriocumplimiento. Cualquier cosa que apuntara a restringirla sería abiertamente inconstitucional”. (El adiós de Brittany Maynard aviva debate sobre la eutanasia).

La jurista insiste, además, en que al amparo de la decisión del alto tribunal, ningún médico que actúe bajo parámetros específicos debe ser sujeto de investigación criminal o disciplinaria; “en otras palabras, la eutanasia está permitida enel país”.

Vale anotar que en su fallo la Corte despenaliza el homicidio por piedad cuando cumple tres condiciones: que sea solicitado, de manera expresa y reiterada, por un paciente afectado por una enfermedad incurable en fase terminal; que esta petición se haga de manera consciente y autónoma, y que el acto sea llevado a cabo por un médico.

La reglamentación buscaría, de acuerdo con De...