Eutanasia Y Voluntad Anticipada

La pérdida de la vida o el hecho de la muerte desde siempre ha sido una preocupación para el hombre, reflejándose a lo largo de la historia en todos los ámbitos culturales en la literatura, filosofía, en las religiones de los pueblos o en el propio Derecho.
De igual modo lo ha sido todo aquello que está ligado a la muerte del sujeto o los efectos que produce en el afectado o en los otros: elmiedo, el dolor o sufrimiento, etc.
Los extraordinarios progresos que en las últimas décadas se han producido en las ciencias en general y, en particular, en las ciencias de la salud han tenido gran repercusión en la sociedad y en su sistema de valores. Hoy en día, es posible curar enfermedades que hace pocos años no eran curables, la edad media en nuestro medio es muy elevada, los avances notablesen el descenso de la mortalidad neonatal e infantil, el retraso del momento de la muerte por medios técnicos muy sofisticados, etc. Todo ello hace resurgir y reavivar el debate en asuntos controvertidos para la sociedad, donde ocupa un lugar preferente la eutanasia.
Si el hombre no se ha podido sustraer a lo real de la muerte como un hecho natural e inevitable, mucho menos lo hace cuando ésta seha producido por un acto u omisión del propio titular de la vida o por la ayuda de un tercero, ya que el suicidio es un fenómeno complejo; por un lado, se trata de un fenómeno individual y privado del ser humano y por otro, tiene un gran impacto familiar y social. Sin embargo, su presentación es universal y desde el origen de la humanidad.
A lo largo de la historia se ha tratado de regular lamuerte producida de forma voluntaria, (por el propio sujeto titular del derecho o por terceros), mediante normas escritas o no, siendo las mismas un reflejo de las concepciones imperantes en cada época, ya fueran religiosas, filosóficas científicas o de cualquier otro orden.
En la cultura occidental tradicional, la conservación de la vida ha sido considerada como una obligación moralirrenunciable inscrita en la Ley divina y en la natural.
Pero el problema lo encontramos cuando existen personas que si bien es cierto se encuentran plenamente en uso y goce de sus facultades mentales, pero disminuidos en sus facultades físicas producto de enfermedades degenerativas o accidentes, como el caso Karen A. Quinlan en New Jersey, Estados Unidos o el de Pedro San Pedro en Navarra,España, en donde el tema de la eutanasia es determinante para fijar el continuar en una vida en donde el sufrimiento y la indignidad del ser humano se ponen de manifiesto.

Karen A. Quinlan, joven de 21 años de edad que como consecuencia de una sobredosis de alcohol y drogas quedo en estado de coma por causas no bien precisadas estableciéndose el diagnóstico de daño cerebral irrebarable, pero nomuerte cerebral. El 14 de abril de abril de 1975 perdió el conocimiento y aunque se intentaron diversas medidas de reanimación además de conectarla a un respirador artificial, no recobro la conciencia.

Pasados tres meses, sus padres solicitaron a los médicos le suspendieran todo tipo de tratamiento, suplicándoles la dejaran morir en paz, pero el Hospital Saint Claire de Denville, Nueva Jersey,se opuso a esa decisión, obligando a los padres a llevar al caso ante los Tribunales. En la primera instancia la Corte ordenó no desconectar el respirador artificial a Karena debido a que la joven estaba legal y médicamente viva.

Los padres de Karen, apelaron la decisión ante el Tribunal Supremo del Estado de Nueva Jersey, cuyos integrantes determinaron en forma unánime que Karen tenía derechoa morir con dignidad, por lo que revocaron la decisión del Juez de Primera instancia y ordenaron desconectar el respirador que la mantenía con vida.

Una vez desconectado el respirador, la enferma siguió respirando y falleció diez años después a causa de una neumonía en su hogar y junto a la gente que más la quería, murió con dignidad.

El caso creó un antecedente para establecer las...