Eutanasia
La Vida no es un derecho, sino el sustrato de los derechos: ¡tenemos derechos porque estamos vivos! La Vida, como la Libertad, son bienes de la humanidad, por eso no puedeneliminarse ni siquiera a petición del individuo: nadie puede pedir la muerte, como nadie puede entregarse como esclavo voluntariamente. Son derechos irrenunciables. Hemos retirado a los jueces el derechoa decidir sobre la vida de los asesinos y se lo quieren arrogar ahora para decidir la vida de los inocentes.
La eutanasia activa -suicidio asistido- no es un respeto de la libertad de la persona,sino la decisión de un tercero -legislador o juez- sobre qué vida merece la pena ser vivida (o le merece la pena a la sociedad que continúe viva). Es la peor de las discriminaciones: clasificar lasvidas según su utilidad o calidad. ¿Quién decidirá qué sufrimiento puede acceder a la eutanasia?: el cáncer de próstata, la tetraplejia, la depresión o incluso la quiebra financiera.
Nunca puede serdigna una muerte provocada -ni puede ser digno provocarla-: la muerte digna es aquella en la que se trata al paciente como persona, al margen de sus condiciones vitales, rodeado del cariño de losdemás y poniendo a su disposición los cuidados paliativos pertinentes. La eutanasia nunca puede ser considerado un acto médico, porque no persigue ni la curación ni la reducción del dolor; es un actoanti-médico: persigue la muerte.
La eutanasia de los niños se presenta como una prolongación del aborto: si el niño escapó al diagnóstico de su enfermedad durante el embarazo, existe otra oportunidadpara suprimirle. El primer pueblo „progresista“ que redescubrió este método -que ya se practicaba en la antigüedad- fue el Nazi: el primer caso se aplicó a un niño con labio leporino cuyos padresconsideraron que su vida no merecería la pena vivirse. Y es que la eutanasia no es progresismo político, sino la regresión a tiempos de barbarie.
La eutanasia no es solicitada por personas libres,...
Regístrate para leer el documento completo.