eutanasia

PERMITIR LA EUTANASIA
“Los seres biológicos pasamos por un proceso que inicia en el nacimiento, termina en la muerte y comprende periodos de crecimiento, madurez y decrecimiento”.1 La biología no da margen a muchas alternativas ni para decisiones libres; es fatal. El animal que envejece (puede ser el rey de la selva) pierde energías, pierde agilidad, se repliega y sucumbe en cada parte de suser. El león viejo puede ser objeto de burlas del asno.
A. Libertad y dignidad hasta el fin.
“Si uno está reconciliado con la muerte o incluso si está bastante seguro de que tendrá una muerte buena y digna, entonces cada momento de cada día se transforma, porque la corriente subterránea penetrante (el miedo a la muerte) queda eliminada”.2 El hombre no es sólo biología; es también espíritu y coneste domina la materia. No hace falta estar casado con una determinada filosofía para admitir que el hombre envejece no necesariamente declina de acuerdo con la curva biológica.
“Los líderes del mundo y los maestros del género humano son frecuentemente personas ancianas”.3 En pocas cosas como en esto, se manifiesta y se demuestra el poder del espíritu sobre la materia: en que el hombre cuyabiología va en franca decadencia, pueda ser a través de sus aprendizajes y de su madurez de carácter, el mejor candidato para las grandes empresas y las grandes decisiones.
Por su espíritu, que es libertad, resulta connatural al ser humano la tendencia a crecer, a ser más en lo psicológico, en lo social, en lo laboral y en lo cultural; y entonces parece antinatural el destino del enfermograve de la época actual, condenado muchas veces a irse sumergiendo durante años en las tinieblas de la inconsciencia, a ir destruyéndose, y sobre todo a convertirse en una “cosa”, a merced de los extraños administradores de los hospitales. Este estado de cosas parece la negación de todo lo que fue de por vida el dinamismo de la personalidad; la destrucción implacable de lo afanosamente construido;y es también una cruel negación de la dignidad del individuo.
El hombre que empezó su historia sumiso, casi impotentemente, a la naturaleza, la ha estado dominando a través de la ciencia y la tecnología; pero no puede olvidar su condición de criatura: un día se cierra el círculo y se vuelve al principio; tiene que acabar aceptando la muerte con su misión. Aceptar es una palabra que se dicepronto; pero que implica finos procesos psicológicos de educación y maduración, a los que no todos llegan.
“Son fundamentalmente dos las categorías de personas que entran en las redes de la muerte: los que creen en la ultratumba, y aquellos que creen que el hombre como individuo personal (sujeto pensante y que toma decisiones) se acaba en y con la muerte. Ambos tipos podrán estar deacuerdo en que la muerte da dramatismo a la vida y la hace interesante y dinámica”.4 Las personas de la segunda categoría no tendrán reparo en admitir que para ellas la eutanasia puede ser el mejor de los finales. Para los primeros la muerte debería ser una liberación del espíritu de las ataduras del cuerpo, un abandonar el tiempo por la eternidad; el episodio más positivo de transición hacia la vidainterminable.
Parece que sólo mentes enfermizas, sofisticadas, masoquistas, necrófilas, maniatadas por prejuicios y complejos de culpa, podrán lanzarse con coraje y rencor contra la tesis que quiere abrir la ventana de la luz, la frescura y la liberación del espíritu.
B. Permitir la muerte y ayudar a morir.
“La mayoría de los filósofos están de acuerdo en que permitir la muerte y ayudar amorir son dos conductas moralmente equivalentes en un médico, pues en ambos casos se reconoce que una muerte sin dolor es lo único bueno que le puede suceder al paciente”.5 Si el médico provoca la muerte por acción o por inacción, esto no afecta la calidad moral de su conducta. Un médico que actúe de buena fe está éticamente justificado para ayudar a morir siempre que la necesidad de aliviar un...