Eutanasia

Eutanasia: ¿Derecho, delito o pecado?
Son las 2:27 de la tarde y en el pasillo que da el frente a la puerta de la unidad de cuidados intensivos (UCI), de una reconocida clínica marabina, espera la familia de Aura. Una mujer de 55 años, alegre, dicharachera, el alma de las fiestas, madre de tres hijos y abuela de un niño, de 10 años —al que adora—, amante de la vida y de la lucha por ella, pero,a la vez, fiel partidaria de la muerte sin dolor ni sufrimiento. “Así lo ha dicho siempre”, sostiene Génesis, la segunda de sus hijos.

Cuando la amplia puerta de la UCI se abre parece automático un sobresalto entre todos los presentes, desde que Aura fue ingresada, luego de un accidente cerebrovascular (ACV) que sorprendió a todos hace dos semanas, pues, a juicio de su hermana Gisela, “ella esuna mujer sana, que hasta camina todas las mañanas”.

El médico llega esta mañana y a paso fugaz da los buenos días e ingresa a la unidad. La presencia del galeno acelera los nervios de los hijos y hermanos de la paciente. Aunque tienen fe y la consideran una mujer fuerte, temen una mala noticia del especialista. Veinte minutos después llegan las razones.

“Aura ya tiene una semana con un comainducido y ventilación artificial para que su cuerpo pudiera trabajar menos con su propia energía y así reponerse, pero el avance no ha sido significativo. No ha respondido como esperábamos. Al retirarle la ventilación dejaría de respirar”, informa el doctor ante las dudas y preguntas de sus allegados.

Afloran los sentimientos encontrados para todos y, para algunos, más allá de eso, parece quellega el momento de tomar una decisión sobre la vida de Aura, aunque suene contradictorio a lo preestablecido desde siempre: solo Dios decide sobre la vida de la gente. “Es momento de saber si a mamá se le aplica la eutanasia o no”, suelta Arturo, el mayor de sus hijos.

La palabra retumba en los oídos de sus dos hermanos menores y de sus tíos, pues el término significa, según la versióndigital del Diccionario de la Real Academia Española, “la acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su muerte con su consentimiento o sin él; es la muerte sin sufrimiento físico”.

Este procedimiento ha sido motivo de escándalo y alarma en Venezuela, sobre todo desde el 2010, cuando se propuso la legalización de la acción en la reforma del Código Penal, porparte de la comisión de Política Interior de la Asamblea Nacional, siete años después que —por mencionar algunos hechos para despenalizar este acto en el país— el magistrado del Tribunal Supremo de Justicia, Angulo Fontiveros Paolini, elaboró un proyecto de reforma del instrumento legal, incluyendo en el artículo 217 la no penalización del homicidio por piedad o eutanasia, un año después que elprocedimiento fuera legalizado, por primera vez en el mundo, en Holanda.

En aquella propuesta, el titular del derecho describió dos modalidades. La primera a título de eximente de responsabilidad penal, siempre que concurran la última voluntad expresa del paciente y la segunda a tipo de atenuante de la pena de homicidio intencional, cuando dicho requisito no exista. El documento no fue aprobado.Luego, en el 2010, lo expuesto por parte de la comisión de legisladores, rezaba, en el artículo 163 del texto: “No será punible el médico quien, por voluntad expresa de una persona hábil por la ley, sea requerido para poner fin a su vida, por procedimientos científicos, siempre y cuando:

Conste por escrito de cualquier forma la expresión clara y libre de su voluntad; se trate de personamayor de edad o emancipado; la persona solicitante presente una enfermedad terminal, incurable, en fase terminal constatada y ratificada en condiciones clínicas y la opinión manifestada por dos médicos ajenos a la relación médico-paciente; cuando la persona solicitante esté mentalmente incapacitada, o se haya diagnosticado la muerte cerebral por metodología científica prevaleciente, se tomará como...