Evaluación: ni números ni letras

EVALUACIÓN: NI LETRAS NI NÚMEROS

Quien no, o quién sí, especialmente en su paso por primaria, anheló en alguna ocasión, hacer parte del grupo de estudiantes, que al llamado del profesor encargado de organizar la ceremonia de “izada de bandera”, debía desfilar muy “tieso y muy majo”, y ocupar el sitio privilegiado, para recibir tan altos honores y de paso disfrutar en primera fila y sin“cover”-como diríamos hoy día- de toda la programación preparada para tan especial acontecimiento. Cómo no sentirse orgulloso y de regreso a casa, constituirse en la admiración de propios y extraños, luciendo el tricolor nacional sobrepuesto en la solapa del uniforme. Tiempos aquellos en los que los días parecían transcurrir, muy lentamente, la gente transitar las calles reposadamente, todo se hacía sinafanes. Utilizar la frase… “para el otro año” al momento de pactar un compromiso o aspirar a hacer realidad la complementariedad de un sentimiento, con la mujer amada, era resignarse y aceptar que para su realización, debía transcurrir mucho, pero mucho tiempo.
Dos variables imprescindibles en la historia de nuestras vidas, tiempo y circunstancias históricas. Variables imborrables y definitivas,porque aceptémoslo o no, determinaron muchos aspectos de nuestro proceso de formación y educación, y gracias a ellos hoy somos lo que somos. A propósito de educación y en contraste con la situación coyuntural de los cambios en la evaluación, vale la pena preguntarse: ¿han cambiado los criterios para designar los “mejores estudiantes”?, ¿los criterios de evaluación, para emitir juicios sobre losestudiantes, responden a las actuales circunstancias históricas?

Creo, en el ámbito de tiempos idos y circunstancias históricas pasadas; nuestros antiguos profesores al seleccionar “los mejores estudiantes hicieron lo que tenían que hacer,”. Así como también, los procedimientos técnico-administrativos utilizados para determinar y seleccionar los mejores estudiantes en su época. Pensaríamos entonces,¿qué “todo tiempo pasado fue mejor”?. No, creo que en aspectos de contribuir al desarrollo de las personas, cada momento histórico determina sus propios criterios, así como también sus estrategias y formas no solo para evaluar, sino también para enseñar y para dejar aprender. Sin perder de vista y en el lenguaje actual de educación, las competencias deben identificar lo que necesita una personapara dar respuesta a problemas que se plantean en diferentes ámbitos de la vida mediante acciones que implican componentes actitudinales, procedimentales y conceptuales.
Nadie puede negar que los tiempos y por supuesto las circunstancias han cambiado, los requerimientos sociales de las personas, llámense capacidades (antes), competencias (ahora) o cómo quieran llamarse, cada vez son más exigentes.Exigentes, porque inmiscuirse con éxito en cualquier ámbito de la sociedad, ya sea en lo social, cultural, político, económico, artístico, etc., comporta potenciar y desarrollar aquellas habilidades y destrezas propias de la condición humana, sin distingo alguno. Exigente, porque alguien debe asumir el reto de contribuir desarrollos humanos capaces de interactuar con éxito, en este mundovertiginoso y evanescente, como afirma William Ospina “donde todo es desechable, incluidos los seres humanos, donde los innumerables significados posibles de toda cosa se reducen a un único significado: su utilidad.” Este requerimiento social supera con creces, concepciones de aprendizajes mecánicos, repetitivos y memorísticos, y nos convoca a implementar prácticas pedagógicas de caráctermetadisciplinar, y al tiempo, favorecer aprendizajes sistemáticos en todas las áreas del conocimiento.
En un mundo así, nuevamente cabe preguntarse, en las escuelas y colegios ¿Qué criterios se tienen en cuenta para afirmar que un estudiante aprendió o no aprendió? Si se trata de un proceso de enseñanza y de aprendizaje… ¿Cómo se concibe la equivocación? ¿Cómo se entiende que un proceso en el que todos...