Evangelium vitae
CARTA ENCICLICA DEL SUMO PONTIFICE JUAN PABLO II
A LOS OBISPOS, A LOS SACERDOTES, A LOS DIACONOS. A LOS RELIGIOSOS Y RELIGIOSAS, A LOS FIELES LAICOS, Y A TODAS LAS PERSONAS DE BUENA VOLUNTAD.
SOBRE EL VALOR Y EL CARACTER INVIOLABLE DE LA VIDA HUMANA
INTRODUCCION
|p1 EL EVANGELIO DE LA VIDA está en el centro del mensaje de Jesús. Acogido con amor cada día porla Iglesia, es anunciado con intrépida fidelidad como buena noticia a los hombres de todas las épocas y culturas. En la aurora de la salvación, el nacimiento de un niño es proclamado gomo gozosa noticia: "Os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor" . El nacimiento del Salvador produce ciertamente esta"gran alegría"; pero la Navidad pone de manifiesto el sentido profundo de todo nacimiento humano, y la alegría mesiánica constituye así el fundamento y realización de la alegría por cada niño que nace . Presentando el núcleo central de su misión redentora, Jesús dice: "Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia" . Se refiere a aquella vida "nueva" y "eterna", que consiste en lacomunión con el Padre, a la que todo hombre está llamado gratuitamente en el Hijo por obra del Espíritu Santificador. Pero es precisamente en esa "vida" donde encuentran pleno significado todos los aspectos y momentos de la vida del hombre.
Valor incomparable de las persona humana
|p2 El hombre está llamado a una plenitud de vida que va más allá de las dimensiones de su existencia terrena, yaque consiste en la participación de la vida misma de Dios. Lo sublime de esta vocación sobrenatural manifiesta la grandeza y el valor de la vida humana incluso en su fase temporal. En efecto, la vida en el tiempo es condición básica, momento inicial y parte integrante de todo el proceso unitario de la vida humana. Un proceso que inesperada e inmerecidamente, es iluminado por la promesa y renovadopor el don de la vida divina, que alcanzará su plena realización en la eternidad . Al mismo tiempo, esta llamada sobrenatural subraya precisamente el carácter relativo de la vida terrena del hombre y de la mujer. En verdad, esa no es realidad "última", sino "penúltima"; es realidad sagrada, que se nos confía para que la custodiemos con sentido de responsabilidad y la llevemos a perfección en elamor y en el don de nosotros mismos a Dios y a los hermanos. La Iglesia sabe que este Evangelio de la vida, recibido de su Señor , tiene un eco profundo y persuasivo en el corazón de cada persona, creyente e incluso no creyente, porque, superando infinitamente sus expectativas, se ajusta a ella de modo sorprendente. Todo hombre abierto sinceramente a la verdad y al bien, aun entre dificultades eincertidumbres, con la luz de la razón y no sin el influjo secreto de la gracia, puede llegar a descubrir en la ley natural escrita en su corazón el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su término, y afirmar el derecho de cada ser humano a ver respetado totalmente este bien primario suyo. En el reconocimiento de este derecho se fundamente la convivencia humana y la misma comunidadpolítica. Los creyentes en Cristo deben, de modo particular, defender y promover este derecho, conscientes de la maravillosa verdad recordada por el Concilio Vaticano II: "El Hijo de Dios, con su encarnación se ha unido, en cierto modo, con todo hombre" . En efecto, en este acontecimiento salvífico se revela a la humanidad no sólo el amor infinito de Dios que "tanto amó al mundo que dio a su Hijoúnico" , sino también el valor incomparable de cada persona humana. La Iglesia, escrutando asiduamente el misterio de la Redención, descubre con renovado asombro este valor , y se siente llamada a anunciar a los hombres de todos los tiempos este "evangelio", fuente de esperanza inquebrantable y de verdadera alegría para cada época de la historia. El Evangelio del amor de Dios al hombre, el...
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