Evolucion de las estrellas

de científicos, el de los que creenque existen millares de planetashabitados por seres con capacidad de comunicarse a distancias interestelares. y son tantos quienes así piensan, en su mayoría especialistasen ciencias fisicas, que la Unión Astronómica Internacional ha creado una comisión especial encargadade estudiar el asunto. Fue ella, la comisión número 51, la organizadora de] simposio "Búsquedade Vida Extraterrestre, desarrollos más recientes" que se llevó a cabo en la Urliversidad de Boston entre el18 y el 21 de junio de 1984. A ella asistieron más de 150 participantes de 20 paísesy se presentaroncerca de 70 ponencias de más de 90 autores. Sus conclusiones son claras y están resumidas en una frase del artículo de la revista Nature con el que Philip Morrison y Giusepe Cocconiinauguraron la era de la búsquedade inteligencias extratelTestres 1959: "La probabilidad de ~xito es en muy baja, pero si no buscamos, será cero". Así pues, los esfuerzos se han centrado en la búsqueda,con el medio másbaratodel que disponen los sereshumanos para la comunicación interestelar: Las radioondas. Actualmente hay dos radio-telescopios dedicados exclusivamente a "escuchar" diferentes partes delUniverso y muchas otras antenasde diferentes paísesdedican buena parte de su tiempo a la misma tarea. Como puede verse, no hay un consensoacercade los extraterrestres,de su ubicación, de su grado de inteligencia o de su capacidad de comunicarse con nosotros. Per hay un punto en el que todos parecen estar de acuerdo: Todo el mundo cree que existe, pero, ¿dónde están?

LA EVOLUCION DE LAS ESTRELLASAlonso Sepúlveda* "Todo lo arrastra la vida. Alterar sabe el largo tiempo el nombre y la forma, y el ser y el destino". (Epigrama atribuido a PLATON). UNO Desde tiempos inmemoriales el hombre ha mirado hacia las estrellas. Esta mirada comenzó, tal vez, por seruna perspectiva íntima: No hay nadamásinterior que el Cosmos, pero a la vez nada más lejano. Tan enigmático lo interno como lo externo.Pero si conociéramosel devenir de los astrosquizá conoceríanX>s nuestro. el Quizás ahí encontraríamos nuestro destino. Nuestra visión es -ahora- laica; )'a no tenemos el sentido de lo sagrado que acompañó a nuestraespeciemiles de años: Pretendemosexplicaciones científicas; y sin embargo no estamosaún exentos de la responsabilidad original: Somos uno con el Cosmos. 21

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¿Acasola cien:modernanos exime del sentido de nnidad cósmica? No. No sólo

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la reconoce, también quiere precisarla, aunque su actitud seaenteramenteprofana. Ya no tenemosobviamente la misma medida; nuestro siglo tiene su canon y éstepor una reversión de valores nos ha puesto otra vez en el camino: Si las estrellas no trazan nuestro destino espiritual, al menos sí son el origen de nuestro destinomaterial. No miramos ya ingenuamente las estrellas. Sabemos qué clase de magias las seducen: Las interacciones básicas. Y nuestro siglo cree que cuatro interacciones bastan para convocar los fenómenos del mundo. Y, más interesante aún, que las estrellas son lugar excelso de invocación: Es en su senodonde seforja nuestramateria, donde también en alguna forma está la posibilidad de existencia denuestraconciencia. Somos hijos del polvo cósmico, y no hay casi lugar a la duda: Tendríamos que rehacer nuestrosesquemas,tener accesoa otro pensamiento,para volver a organizar el conjunto de nuestras experiencias, si la idea de interacciones fundamentales resultase inválida. Digamos otra vez: Desde tiempos inmemoriales el hombre ha mirado hacia las estrellas. Sólo que ahorave másluz. Entiende que lo queelcielo envía esinformación. No sólo detecta la luz, también neutrinos, rayos x, ultravioletas, gammas y rayos cósmicos. En síntesishay ahoramásojos para mirar a los cielos y también teoríaspara intentar la descripción de sus acaeceres. -DOS En la segundadécadadel siglo XX, E. Hertzsprung y H.N. Russell observaron que en un diagrama de luminosidad-temperatura (Diagrama H-R) la mayoría de las...