Ex Vinclis

La última foto de dios

Los microbios son. Las paredes están llenas de. Los días pasan y seguramente ya está todo dicho. Los microbios tienen apellidos largos y cultos. Las paredes tienen escritaslas sonatas más cercanas al dolor. Pero -mi mismo, mi yo que se escapa entre ladridos de un sistema glorioso- el lenguaje es una puta que da lástima y venéreas.

No hay historia que contar, perosiempre está el siempre y el pero, aunque no sepamos bien qué significan. Cada vez menos herméticos, repeticiones, si había algo tuyo, ya se lo están comiendo los otros debajo de la mesa. Por más bonita quesea la planta, es inevitable que le salgan bichos, como los microbios, pero menos específicos, como todas esas fantasías que empollamos camino a la muerte, mientras más pechadoras eran, más rápido sefueron al caño. Y es que aquí, se presenta la bastarda idea de la resistencia.

Si dos más dos es dos, o cinco, realmente no importa, porque siempre los microbios son distintos, es como esa viejacochinada de las manzanas y las naranjas. La sociedad de consumo -mi mío, mi yo que se escapa entre ladridos de mp3 y vicios varios- es una ensalada de frutas donde todos los pedacitos cortados ymezclados pierden su sabor original y proponen un efecto en conjunto, individualismo le dicen, una aventura social entre alambres de púas y sin nada adentro. Ahora volviendo, si una suma está determinada porla cruda certeza subjetiva de que algo se ha perdido, se convierte en una resta original, y eso es precisamente -mi mío, mi yo que todo eso- una lucha, a resistance. Abstener de pensar que el artecambiará los niveles interaccionales de nuestros habitantes, es inútil, paliativo como cantarle una canción a alguien que se lo están violando. Las sonatas de las paredes son para vos, para losmicrobios más enfermos, son esas percepciones de la belleza que se van a ir a la mierda cuando nuestros órganos se queden quietos. Todo, todo justifica el último día. Elegilo -mi mío, mi yo que se vuelve...