exacto
DE LA AUTOESTIMA
AL EGOÍSMO
JORGE BUCAY
Este libro fue pasado a formato digital para facilitar la difusión, y con el propósito de que así como usted lo recibió lo pueda hacer llegar a alguien más. HERNÁN
Para descargar de Internet:
“ELEVEN” – Biblioteca del Nuevo Tiempo
Rosario – Argentina
Adherida a: Directorio Promineo: www.promineo.gq.nuwww.11argentina.com
Título: De la autoestima al egoismo
Autor: Jorge Bucay, Manuel Gonzalez Gil
Primera edicion: mayo 1999
Enviado por: Carol
Editado: Mar
L-01 – 20/02/04
ÍNDICE
Prólogo
De la autoestima al egoísmo.
Miedos.
Culpa.
PRÓLOGO DEL AUTOR
Me siento en mi computadora a escribir el prólogo de este libro y sólo me aparece la gratitud. Gracias a Perla, responsablede la idea de este libro, que pacientemente grabó una y otra vez las charlas que contiene.
Gracias a Miguel Lambré, quien insistió y trabajó para hacer de esa idea una realidad.
Gracias a Karina Bonifatti, por ayudarme a convertir mis charlas en un texto escrito.
Gracias a los lectores, que amorosamente me animan con sus cartas y halagos a seguir publicando.
Gracias a cada uno de losasistentes a las charlas, por haber hecho posible que éstas sucedieran.
Y por último, como suele pasarme después de haber puesto en palabras mi emoción, aparece algo más. Aparecen mis ganas de hacerles un regalo...
Este cuento me lo contó hace algunos meses un amigo, al encontrarnos en un estacionamiento:
A una estación de trenes llega, una tarde, una señora muy elegante. En la ventanilla leinforman que el tren está retrasado y que tardará aproximadamente una hora en llegar a la estación. Un poco fastidiada, la señora va al puesto de periódicos y compra una revista, luego pasa por una tienda y compra un paquete de galletitas y una lata de refresco.
Preparada para la forzosa espera, se sienta en uno de los largos bancos del andén. Mientras hojea la revista, un joven se sienta a su lado ycomienza a leer un periódico. Imprevistamente la señora ve, por el rabillo del ojo, cómo el muchacho, sin decir una palabra, estira la mano, agarra el paquete de galletitas, lo abre y después de sacar una comienza a comérsela despreocupadamente.
La mujer está indignada. No está dispuesta a ser grosera, pero tampoco a hacer de cuenta que nada ha pasado; así que, con gesto ampuloso, toma el paquetey saca una galletita que exhibe frente al joven y se la come mirándolo fijamente.
Por toda respuesta, el joven sonríe... y toma otra galletita.
La señora gime un poco, toma una nueva galletita y, con ostensibles señales de fastidio, se la come sosteniendo otra vez la mirada en el muchacho.
El diálogo de miradas y sonrisas continúa entre galleta y galleta. La señora cada vez más irritada, elmuchacho cada vez más divertido.
Finalmente, la señora se da cuenta de que en el paquete queda sólo la última galletita. “No podrá ser tan caradura”, piensa, y se queda como congelada mirando alternativamente al joven y a las galletitas.
Con calma, el muchacho alarga la mano, toma la última galletita y, con mucha suavidad, la corta exactamente por la mitad. Con su sonrisa más amorosa le ofrece mediaa la señora.
¡Gracias! —dice la mujer tomando con rudeza la media galletita.
De nada —contesta el joven sonriendo angelical mientras come su mitad.
El tren llega.
Furiosa, la señora se levanta con sus cosas y sube al tren. Al arrancar, desde el vagón ve al muchacho todavía sentado en el banco del andén y piensa: “Insolente”.
Siente la boca reseca de ira.
Abre la cartera para sacar la latade refresco y se sorprende al encontrar su paquete de galletitas... ¡intacto!
Empecé a trabajar en docencia pensando que deseaba compartir algunas galletitas con los demás.
Ahora, diez años después, me doy cuenta de que son ustedes los que, todo este tiempo, han estado compartiendo las suyas conmigo.
Otra vez... Gracias.
Doctor Jorge M. Bucay
Haedo, Domingo 25 de Abril de 1999....
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