Examen

R. se inclinó hacia adelante, para hacer una breve pausa, y enderezó la pila de revistas dispuestas sobre el escritorio del entrevistador. Cuando se recostó hacia atrás para continuar hablando, dobló sus manos. su piel estaba agrietada y de un tono que recordaba al de un ladrillo empolvado.
“Así que empecé a pensar que podría tener semen en mis manos y podría pasarlo a una mujer y dejarlaembarazada, incluso aunque sólo nos diéramos la mano para saludarnos. Comencé a lavarme las manos con extremado cuidado cada vez que me masturbaba”.
R. era un estudiante de posgrado de biología de 23 años. Era sumamente brillante y con gran vocación por su profesión pero sus calificaciones habían bajado tremendamente en los últimos meses. Él atribuía ese descenso a sus rituales de lavado de manos.Siempre pensaba que podía tener las manos contaminadas con semen, se sentía impulsado a restregarlas exhaustivamente cuando se lavaba.
Un año antes, esto le llevaba tres o cuatro minutos, empleando una pastilla de jabón y agua lo más caliente que podía soportar. Pronto se dio cuenta de que necesitaba un cepillo para las uñas; y posteriormente acabó cepillándose también las manos, incluidas lasmuñecas. Para este momento todo esto se había convertido en un elaborado ritual. Primero raspaba debajo de las uñas con una cuchilla, y luego usaba un cepillo para tallarlas. Luego se enjabonaba con jabón quirúrgico hasta los codos y frotaba cada brazo con un cepillo diferente durante 15 minutos. Luego volvía a empezar con sus uñas, ya que el semen frotado y desprendido de sus brazos podría quedarseatorado entre ellas. Si tenía la impresión de que no había realizado uno de los pasos exactamente bien, repetía todo el proceso desde el principio. En las últimas semanas, esto se había convertido en la norma.
“Ya sé que esto parece de locos”, dijo lanzando una mirada a sus manos. “Soy biólogo y sé que los espermas no viven mucho tiempo sobre la piel. Pero si no me lavo, la presión simplemente se vaacumulando, hasta que tengo que lavarme, lavarme es lo único que alivia mi ansiedad”.
R. no pensaba que estuviera triste, si bien estaba debidamente preocupado a causa de sus síntomas. Su sueño y apetito eran normales; y nunca se había sentido culpable o con ideas de suicidio.
“Estoy harto de esta situación porque hasta he perdido a mi novia”.
Caso 2
A la edad de 21 años H. ya había tenido doslargas hospitalizaciones en un centro de salud mental, cada una de ellas a causa de su estado de euforia y tristeza profunda. Después, estuvo bien durante un año a base de mantenimiento con litio, el cual dejó de tomar de manera repentina. H. dijo que dejó el litio porque “se sentía muy bien”. Cuando dos de sus hermanas la llevaron al hospital 10 días después, había sido suspendida en launiversidad por perturbar de manera repetida las clases con su comportamiento escandaloso.
En la sala del hospital, el comportamiento de H. era sobre todo un cuadro de exaltación. Hablaba sin parar y se movía de un lado a otro sin descanso, a menudo hurgando en las bolsas y casilleros de otros pacientes. Pero muchos de los pensamientos que acudían a su mente eran tan tristes que durante unos 8 o 10 díasseguidos solía romper de manera espontánea en un llanto que duraba varios minutos. Ella decía que se sentía triste y culpable, no a causa de su comportamiento en clase, sino por ser una carga tan grande para su familia. Durante estos breves episodios, afirmaba que oía el corazón de su padre latir desde el interior de su tumba. A menudo expresaba su deseo de morir para reunirse con él. H. comenzó acomer poco y perdió más de 5 kg.; con frecuencia se despertaba ahogada en llanto durante la noche y no podía volver a dormirse.
Caso 3
Marcos es un hombre de 34 años de edad que vive con su madre y trabaja de contador. Solicita tratamiento ya que se siente muy infeliz tras haber cortado su relación con la muchacha con la que salía. La madre de Marcos desaprobaba sus planes de matrimonio,...