Exiliados Españoles En Mexico
Los “transterrados” de Gaos y los “desterrados” de Sánchez-Vázquez han nacido por el poder de la guerra que surge entre paisanos, de la vida que continúa en otra tierra y se reconstituye frágil. Los intelectuales de la palabra crecieron para serlo porque el alma poeta y la mente inconforme y curiosa, no les daba para quedarse callados; habremos deescucharles, que de vidas así brotan miles de historias.
La guerra es la violencia intencional que afecta también los intereses de quien no la provoca, que le destruye o construye la vida y le forja o le coarta su libertad. La guerra es siempre fuente de destrucción, y rara vez tiene como consecuencia la creación de algo bello, pero que, cuando la tiene, es un grito sincero, fuerte y constantede quienes han conseguido hacer de la cadena que los ata, los eslabones que unan sus versos.
De 1936 a 1939 se dio la llamada Guerra Española, pero su herencia de prohibiciones, separaciones y dolores continuó por décadas, hasta que en 1975 el General Francisco Franco, dictador de España en ese lapso y que se encontró entre los principales impulsores de dicho conflicto, murió anciano ensu cama; con esto “permitió” la restauración de la democracia en ese país.
Los republicanos, los socialistas, los comunistas, los “rojos”, aquellos que defendían la República española, fueron poco a poco desplazados del poder por la fuerza militar que avanzó sin que se pudiera frenar y con esto, miles de intelectuales, activistas políticos, juristas, obreros y campesinos, cualquiera quesimpatizara con la República o que aparentemente no lo hiciera con la Falange, el catolicismo o el nuevo “orden” que se pretendía imponer, fue fusilado o enviado a campos de concentración en el extranjero (Francia mayormente). Los que no, fueron perseguidos políticos que, de no irse de su país, habrían sufrido el mismo destino que los otros; fueron desterrados.
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“La pérdida es másnuestra que lo perdido”.- Tomás Segovia.
PÁGINAS
Federico Álvarez, la tierra bajo los pies
“La casa del padre es mi casa, y lo que pierde el exiliado es la casa del padre, es la tierra…”
Avanza con pasos cortos y veloces, camina entre la gente, saluda algunos transeúntes de la universidad a la que ya pertenece; detienela marcha unos segundos para mirar los carteles que se desgastan en las paredes, entra al edificio y finalmente se sienta, con los codos sobre la mesa de madera. Federico Álvarez es un reconocido ensayista, periodista, editorialista y actualmente profesor de Teoría de la literatura en la UNAM y ganador en el 2003 del Premio Universidad Nacional en el área de Docencia en Humanidades; es un hombrede cabello blanco y peinado hacia atrás, de voz y tono fuertes, de ademanes duros y manos grandes.
“En 1934, cuando se produce la revolución de Asturias en contra de la derecha que se había apoderado del gobierno de la República, detienen a mi padre, entonces yo tengo siete años… Me acuerdo muy bien que llegan de noche, a las diez; yo siento que se encienden las luces, que mamá estállorando, y salgo al pasillo y veo a aquellos dos señores que se llevan a papá” recuerda pasados ya más de setenta años el también Doctor en Filosofía y Maestro en Letras hispanoamericanas por la UNAM; un dejo de tristeza se asoma en su voz y se refleja en el cristal de sus anteojos.
Tere (como él la llama) la hermana menor de Álvarez Arregui y él, vivieron su propio exilio, un exilioindividual que compartieron como hermanos al tener que permanecer separados de sus padres por cuatro años. “Eran vacaciones y habíamos ido a San Sebastián a la playa con la abuela, y San Sebastián cayó en septiembre en el poder de Franco, entonces mi hermana y yo quedamos con los abuelos allí en zona de Franco y mis padres en zona republicana”, así pasaron sus años los hermanos Álvarez, creciendo en un...
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